Comercio ilegal de fósiles: Brasil adopta medidas radicales

Trece personas irán a juicio en ese país por contrabando de fósiles, aparentemente para coleccionistas privados y museos de Alemania y del Reino Unido.

Comercio ilegal de fósiles: Brasil adopta medidas radicales

Los arrestos, que siguieron a la incautación en octubre de alrededor de 1.000 fósiles, son parte de un creciente esfuerzo de las autoridades brasileñas para terminar con este comercio ilegal. Aunque la policía no ha dado a conocer nombres, las autoridades dicen que uno de ellos, de nacionalidad alemana, trabaja para museos paleontológicos de Estados Unidos, Europa y China. 

El caso ha reabierto el debate sobre el comercio de fósiles y sobre si la ciencia en los países en desarrollo se beneficia de políticas proteccionistas.

En Brasil es ilegal que cualquier persona no afiliada a una institución de investigación nacional o estatal excave en busca de fósiles sin autorización del Departamento Nacional Brasileño de Producción Mineral (DNPM). La ley data de 1942, pero raramente se otorgan permisos oficiales. Por Constitución, los fósiles encontrados en el país son propiedad del Estado. "A pesar de esto, la gente saca del país toneladas de fósiles cada mes", señala Max Langer, presidente de la Sociedad Brasileña de Paleontología.

La Cuenca de Araripe, un sitio rico en fósiles del noreste de Brasil, desde hace mucho ha sido fuente de especímenes para el mercado negro. Langer afirma desconocer que el DNPM alguna vez haya concedido permiso a coleccionistas extranjeros en este lugar, lo que significa que la mayoría de los fósiles de Araripe que ahora se encuentran en el extranjero fueron obtenidos ilegalmente.

Muchos paleontólogos brasileños apoyan la ley ampliamente. Sostienen que mantener los fósiles en el país preserva el patrimonio cultural y ayuda a desarrollar la experiencia paleontológica. La recolección ilegal también daña los especímenes e impide la adquisición de información de campo contextual. Pero la embestida preocupa a paleontólogos extranjeros, quienes dicen que la ley obstaculiza a la ciencia. "Los científicos que simplemente desean hacer ciencia se sienten frustrados", considera David Martill, un paleontólogo de la Universidad de Portsmouth, en el Reino Unido.

La aplicación de la ley ha sido impulsada por la creciente economía de Brasil y fortaleza en paleontología, así como por el aumento en la conciencia pública sobre la pérdida de patrimonio cultural, dice Alexandre Kellner, un paleontólogo del Museo Nacional de Brasil. Las autoridades, por ejemplo, actuaron rápido el mes pasado cuando el sitio de subastas en internet eBay puso a la venta un pterosaurio brasileño en 262.000 dólares.
 
La subasta, a cargo de la empresa francesa Geofossiles, cerró sin venta, y según se dice la policía brasileña y la policía internacional están investigando el caso. Brasil podría pedir a Francia que repatríe el fósil si las autoridades pueden probar que fue encontrado en el país.

Los investigadores dicen que la pérdida de fósiles ha dañado gravemente la ciencia brasileña. Por ejemplo, en descubrimientos presentados en 2010 durante el Séptimo Simposio Brasileño de Paleontología de Vertebrados, Marcos Sales, un paleontólogo de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, en Porto Alegre, encontró que 14 de las 24 muestras de referencia (u holotipos) de pterosaurios fósiles sacados de la Cuenca de Araripe se encontraban en instituciones extranjeras.

El problema no es exclusivo de Brasil. Otros países que enlistan a los fósiles como propiedad nacional y que prohíben su exportación, como China, Mongolia y Marruecos, cada vez aplican más sus propias leyes. En 2012, por ejemplo, Mongolia peleó exitosamente por la devolución de un fósil de tarbosaurus de 7,3 metros de largo, que había sido exportado ilegalmente a Estados Unidos y vendido allí por más de un millón de dólares.

Pero los detractores como Martill argumentan que criminalizar el comercio de fósiles simplemente lo envía a la clandestinidad. Las medidas enérgicas cortan la línea de abastecimiento porque los excavadores informales, como los trabajadores de las canteras, temen ser arrestados. Martill agrega que la paleontología necesita el comercio porque sin él hay poca excavación.

Kellner admite que la ley brasileña no es perfecta. Él fue víctima de ella en 2012, cuando fue arrestado mientras transportaba fósiles dentro de Brasil, aunque lo cargos fueron retirados. Todavía apoya la ley, pero dice que la embestida del gobierno debe ir acompañada de una campaña para dar a los paleontólogos brasileños fondos para extraer fósiles. Otros dicen que el DNPM carece de recursos para hacer cumplir la ley.

Langer siente que los fósiles deben quedarse en el país para ayudar a mejorar la ciencia brasileña, y espera que sus compañeros investigadores valoren más las leyes del Brasil que los coleccionistas privados que también alimentan el comercio. "Los investigadores extranjeros saben que es ilegal. Podrían trabajar aquí en Brasil con socios brasileños, pero eligen no hacerlo", agrega.

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