El domingo a la noche, delincuentes intentaron entrar al local de Guadalupe calzados, en la esquina de 9 de julio y Rivadavia. Por algún motivo alcanzaron a sacar la reja pero no a ingresar.
Más tarde, personas abrieron Rómoli, un negocio de ropa y accesorios para niños ubicado en calle Rivadavia entre 9 de julio y San Martín, y se llevaron una buena parte de la mercadería. Los comerciantes de la zona plantean que hace tres semanas comenzó una ola de robos y que no saben a quién le toca el próximo fin de semana.
María Salgado lanza que ella es la encargada de inaugurar estas olas delictivas. Es que hace casi cuatro años, cuando abrió Disparatario (ropa y accesorios para niños), sobre calle 9 de julio, un hombre entró y le puso un arma en la cabeza a la chica que estaba atendiendo para robarle la recaudación de la mañana. Después empezó a pasar lo mismo en otros locales de la cuadra y al parecer era la misma persona.
Tres semanas atrás, durante la madrugada, le rompieron la reja, el gancho del candado y hasta sacaron un vidrio sin romperlo, para entrar al negocio. Una vez dentro, eligieron con cuidado lo que iban a llevarse; básicamente, lo más fácil de vender. Ahora, María ofrece un 2x1 con los talles discontinuos que le quedaron y ha logrado que algunos proveedores le dieran mercadería en consignación, pero asegura que le arruinaron la temporada.
Enfrente se encuentra Desigual, una casa de indumentaria para hombre, en donde ingresaron el martes pasado, después del fin de semana largo. Segundo Llaver detalla que los ladrones estuvieron como 40 minutos en el local, según registraron las cámaras internas. Como ya ha ocurrido en otros negocios, no sólo tienen rejas, sino también alarma, que inhabilitaron al cortar el cable del teléfono.
En Zaraza Decó, sobre 9 de Julio entre Sarmiento y Rivadavia, intentaron entrar el fin de semana anterior, el sábado a las 7 de la mañana. Tania recién se enteró del episodio horas más tarde, cuando le comentó una vecina que alguien había visto algo raro y había llamado a la policía, que detuvo a los delincuentes.
La joven contó que también sufrió otro intento de robo hace un año, cuando ella se encontraba en el interior del local y que por eso pudo llamar a los uniformados. Y que en esa ocasión también se trató de una ola de robos. Agregó que tienen persiana, pero desde el último episodio sumaron un candado y ya no saben qué más poner para protegerse.
Osvaldo Guadalupe, de la tienda de calzado para mujer que lleva su nombre, planteó que no hay reja ni alarma que resulten suficientes y que sólo se trata de una cuestión de suerte “de que no te elijan”. En su caso, tuvo la buena fortuna de que si bien intentaron ingresar en la noche del domingo, al parecer algo los desalentó.
El hombre detalló que una vecina lo llamó para decirle que la reja estaba sobre la vereda y él acudió al local y llamó a la policía. También contó que le preguntó a los uniformados si funcionaban las cámaras en la calle y le dijeron que sí, por lo que concluye que, o le mintieron, o no hay nadie mirando las imágenes para prevenir estos hechos.
Federico, de Desigual, ropa informal, comentó que ayer acudió el comisario por el robo en Rómoli y que se comprometió a brindar más seguridad a la zona. El joven resaltó que los delitos ocurren de noche, después de la hora de cierre, y los fines de semana, cuando no hay movimiento por esas calles.
Para cuidarse unos a otros, los comerciantes de calles Rivadavia y 9 de julio han creado un grupo de Whatsapp.
Cecilia, de Dibujitos, tienda para niños, detalló que están atentos a quién entra a los locales y se hacen gestos a través de las vidrieras cuando algún cliente les genera inquietud.
Rómoli, el último afectado
El último negocio en ser blanco de los delincuentes fue el de ropa y calzado para bebés y niños, Rómoli, situado en la vereda sur de calle Rivadavia, entre 9 de julio y San Martín.
El dueño detalló a Los Andes que alrededor de las tres de la mañana del lunes, ladrones ingresaron al local, luego de cortar el cable del teléfono, por lo que la alarma no se comunicó con la policía ni los propietarios.
El hombre señaló que los delincuentes se movieron con total impunidad ya que tuvieron tiempo de sacar los elementos que estaban en caja para llevárselos sueltos y de elegir los elementos para llevarse. Además, planteó que fumaron varios cigarrillos, ya que encontró colillas en el suelo e incluso utilizaron el baño.
Horas antes, ladrones habían intentado entrar a Guadalupe calzados, ubicado en la misma vereda, en la esquina de 9 de julio y Rivadavia. En este caso algo los detuvo, pero alcanzaron a retirar la reja, que el dueño estaba haciendo reforzar por la tarde.