Así como los precios de los productos comestibles se fueron por la nubes en Brasil durante el Mundial, la marea inflacionaria arrastró también a los comerciantes argentinos que tienen negocios de comidas en Belo Horizonte, con la demanda de los compatriotas que llegan para ver a la albiceleste a estas tierras.
Pizza Sur, un negocio de capital argentino, tiene un 60 por ciento más de ventas con sus pizzas y sobre todo empanadas, que cuestan entre 5 y 6 reales, es decir más de 25 pesos por unidad, según dijo su propietario al diario Estado do Minas.
Comer bien es casi prohibitivo para el bolsillo medio de un argentino. Tras una cena en un restaurante italiano en Pampulha que marcó el resto de la cobertura, y luego del pago de la adición el mozo preguntó a los comensales: "¿caro o barato?." "Carísimo" fue la respuesta. Y el trabajador agregó: "todo se fue por las nubes por el Mundial, imagínese los gastos que tenemos nosotros que vivimos acá".
La parrilla Los Hermanitos, un espeto corrido donde abunda la carne y el vino argentino, tuvo un fuerte incremento de ventas en su local para 200 personas en Savassi gracias a la presencia de argentinos, que en los últimos días ocuparon al menos el 50 por ciento de las mesas.