A partir de ayer se abrió la inscripción para el ingreso a salas de 4 y 5 años en las escuelas públicas. Pese a que en aquellas con mayor demanda se generaron colas, en general la jornada transcurrió tranquila gracias a la ampliación del horario de atención y a que se habilitaron dos días para el trámite.
Hasta hoy será el turno de los hermanitos de alumnos de cada establecimiento y de los hijos de los docentes, mientras que jueves y viernes se anotará a los nuevos aspirantes.
Hace años que conseguir banco para sala de 4 es un verdadero desafío para los padres, por eso en esta oportunidad la Dirección General de Escuelas decidió realizar las inscripciones dos meses antes con la intención de tener más tiempo para organizar la demanda. Asimismo, se anticipó que a las 104 salas creadas este año se agregarán 80 más el siguiente, con lo cual se pasará del 85 por ciento actual de cobertura al 91.
"La evaluación hasta ahora es buena, está todo tranquilo, aunque quizás el jueves y el viernes se dé el fenómeno de que los papás se agolpen en aquellas escuelas de mejor fama reclamando lugares", destacó la directora de Nivel Inicial, Beatriz Zangrandi.
La funcionaria subrayó como un aspecto positivo de las modificaciones que habrá más tiempo para buscar soluciones. De hecho, una vez finalizada esta primera etapa de inscripciones se evaluará dónde se habilitarán las 80 salas nuevas en función de la demanda. Éstas albergarán a 2.000 chicos ingresantes para totalizar 26.980 que darán sus primeros pasos en el nivel educativo formal público. De concretarse se sumarán a las 1.274 aulas actuales.
Cambios y consecuencias
La tranquilidad del primer día se debió fundamentalmente al hecho de que los hermanos de alumnos tienen la vacante asegurada, no así en el caso de los hijos de docentes que deberán conformarse con las restantes y participar de un sorteo en caso de no ser suficientes. Y mucho menos será en el caso de los nuevos aspirantes.
Por esta causa y debido a la lluvia que humedeció las primeras horas de la mañana, muchos prefirieron acudir más tarde aprovechando la extensión del horario de 9 a 16.
Sin embargo, algunos padres en las escuelas más requeridas, como la Quintana, debieron realizar una cola de entre 2 y tres horas, lo que generó molestias. "Va muy lenta, yo estoy desde las 9 y algunos llegaron a las 8", decía Alicia (40) cerca del mediodía. Buscaba inscribir a su pequeño para sala de 4 porque "mis hijos son ex alumnos, conozco la escuela y trabajo enfrente, me queda muy cómoda", detalló.
Un poco más atrás, María Julia (34) ocupaba el lugar para anotar al hijo de una amiga: "Desde mi punto de vista es absurdo tener que venir a inscribirlo si ya es alumno de sala de 4 y pasa a la de 5. ¿Por qué no preguntan a través del cuaderno de comunicaciones? Sería más ágil", se quejó. Marcela (31) coincidió con ella al sostener que "para los hermanitos de alumnos debería ser automático porque inclusive a mitad de año nos preguntaron si los íbamos a inscribir y nos pidieron la documentación".
La directora de la escuela Arístides Villanueva, Sandra Bermúdez, destacó que parte de la organización tiene que ver con el hecho de que comenzó a comunicarse a los padres con dos meses de anticipación, de todas formas "vamos a evaluar los resultados con posterioridad porque muchos están acostumbrados a la inscripción en diciembre y pueden llegar tarde".
Directivos atareados
La directora de la escuela Quintana, Susana Apa, explicó que "cuando se hacían en diciembre teníamos 4 docentes pero ahora lo estamos haciendo el vicedirector y yo". Estimó además que no creía que quedaran vacantes para el jueves y viernes.
La licenciada Nory César, directora del jardín Merceditas de San Martín, informó que en diciembre tenían 20 docentes abocados a esto mientras que ahora había sólo dos personas. Sin embargo, pese a ser una escuela muy elegida no había demoras.
Es que en pleno dictado de clases fue el personal administrativo el que realizó el trámite. Las circunstancias motivaron la toma de recaudos especiales en cuanto a los espacios dispuestos, con la intención de evitar que padres en espera y alumnos se cruzaran, en particular en el horario de salida del turno mañana y el ingreso del de la tarde.
Esto había motivado que el Consejo de Directores solicitara la suspensión del dictado de clases para tener disponibilidad de los docentes y del lugar, sin embargo desde la DGE se consideró que no era necesario ya que en primera instancia se busca garantizar el dictado de clases.
Distribución de la demanda
Capital es desde siempre la zona más demandada, en particular las escuelas Presidente Quintana, Domingo Sarmiento y Normal Tomás Godoy Cruz. Otro tanto ocurre, aunque en menor medida, con las zonas céntricas de Guaymallén y Las Heras.
La supervisora de Capital, Stella Valentini, explicó que "se prefiere esta zona y mucho más el turno mañana porque los padres vienen a trabajar, por eso se absorben chicos de otros departamentos". Y agregó que "suele no haber vacantes en escuelas que gozan de buena fama, con entornos protegidos, pero la calidad educativa es buena en todas".
Por eso, se busca elaborar un listado completo de los aspirantes no sólo para depurarlo de quienes se hayan inscripto dos veces sino para saber exactamente dónde se requiere reubicar alumnos y generar bancos. Por este motivo, es que se pide que si en el colegio no quedasen vacantes igualmente se proceda a la inscripción para ser derivado a una escuela cercana y similar.
Una directora consultada consideró que en realidad hubiese sido mejor suspender las clases para hacer las cosas de manera más ordenada y evitarles la pérdida de tiempo a los padres.