Jorge Ortiz, un hombre de 51 años acusado de asesinar a la Norma Nora Pereyra (65), una enfermera del hospital Central, está siendo juzgado por homicidio criminis causa y arriesga una pena de prisión perpetua.
En la madrugada del 9 de setiembre de 2016, un hijo de la víctima, al ver que no atendía el teléfono fue a buscarla a la casa de la calle French, donde luego la encontraron sin vida.
Ayer, un tribunal penal colegiado comenzó a investigar el caso y tomó declaración a buena parte de los parientes de la enfermera.
Todos coincidieron en que no conocían muy bien la relación de la enfermera con Ortiz porque hacía muy poco tiempo que se conocían.
Pero Damaris, una nieta de Norma había ido a cenar una noche a la casa de su abuela, junto a su novio.
“Esa semana los vi el miércoles en la parada de colectivo. Quedamos en vernos después y nos juntamos a cenar”, dijo la joven.
Luego explicó que ella fue una de las primera personas en entrar a la casa de su abuela.
“Estaba semi tapada con una colcha. Tenía hematomas en el cuerpo un pañuelo en el cuello. No tocamos nada y llamamos a la policía”, explicó la testigo.
Una vecina aportó un dato de importancia: vio a Ortiz saliendo de la casa de la enfermera, en la moto de la mujer y luego de ponerse el casto, cerrar la puerta con llave.
La casa, cuando encontraron el cuerpo de la enfermera, estaba cerrada y se habían robado la moto que nunca más apareció.
“Días antes los vi juntos y ella me dijo ya no voy a estar más sola. Me dijo que lo había conocido en el hospital. El debate continuará hoy, cuando declaren más testigos.