Comenzó el juicio por el crimen de "la valija fúnebre", en el que se juzga a tres personas por el brutal homicidio de Juan Leandro Lucero (27), un cuida coches que fue golpeado, metido en una valija y luego quemado en en canal del piedemonte de Godoy Cruz.
Ayer, 12 mendocinos que conforman el tribunal popular escucharon la acusación contra los tres imputados: Mariano Alan Nicolás Gutiérrez y los hermanos José Rafael y Abel Augusto Astorga, todos acusados de homicidio agravado. Luego de que el juez técnico Eduardo Martearena explicara al tribunal popular sus derechos y obligaciones, fue el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, principal investigador de caso, quien realizó su alegato inicial donde acusó a los tres sospechosos por el caso que bautizó como "la valija fúnebre". Según el fiscal, Lucero se dedicaba a cuidar autos en el centro de la Ciudad, estaba en pareja y tenía problemas de adicciones. Además, había tenido "diferencias" con los hermanos Yáñez.
En un valija
"Cuando terminemos de presentar las pruebas podrán corroborar que acreditan la hipótesis acusatoria y la responsabilidad de los acusados", explicó el fiscal Pirrello, quien estaba acompañado del jefe de su fiscalía, Fernando Guzzo.
Lucero fue asesinato el 10 de julio de 2017, cerca de las 5, en las cercanías de Bernardo Ortiz y Álvarez Thomas, de Godoy Cruz, donde vivían los hermanos Yáñez, en ese momento.
Para el fiscal los tres sospechosos, lo interceptaron en la calle, lo metieron a la casa de los Yáñez, lo golpearon con un objeto contundente en la cabeza y lo dejaron inconsciente, en estado de total indefensión.
Luego lo introdujeron en una valija, lo metieron en el Ford Fiesta de Gutiérrez y lo llevaron hasta el canal colector Los Cerrillos, en la calle Diques Los Nihuiles. Allí prendieron fuego, lo que le terminó produciendo la muerte.
Pirrello consideró que existe pruebas importantes que incriminan a los imputados: los vecinos de los Yáñez escucharon gritos de la pelea; en el auto de Gutiérrez se encontraron rastros de la víctima y luego su teléfono fue usado por Gutiérrez.
Los defensores, a su turno, alegaron que la hipótesis de la fiscalía es "una narración" con la que están en desacuerdo y que no existen pruebas suficientes para una condena.
