La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación dio inicio esta mañana al proceso de entrevistas con familiares de caídos en Malvinas para informarles los resultados de las tareas de identificación de tumbas en el cementerio de Darwin.
"Esto nos va a traer un poco de paz", dijo a la prensa Norma Gómez, chaqueña, hermana de Eduardo Gómez, quien tenía 19 años en 198, cuando fue convocado para ir a Malvinas mientras cumplía el servicio militar obligatorio en Monte Caseros, provincia de Corrientes.
Tanto ella como familiares de otros tres caídos en la guerra de Malvinas llegaron esta mañana a la sede de la Secretaría que conduce Claudio Avruj, ubicada dentro del Archivo Nacional de la Memoria,en el predio de la ex Esma, para ser notificados sobre los resultados de los trabajos de identificación en relación a sus familiares caídos.
En ese marco, Norma llegó acompañada por un grupo de ex combatientes del Cecim de La Plata, entre ellos Mario Volpe y Ernesto Alonso.
De acuerdo con lo previsto, tras esta primera tanda de entrevistas, que comenzaron a desarrollarse esta mañana de manera individual, con cada grupo familiar, se realizará una segunda ronda esta tarde, también en este lugar, en el barrio porteño de Núñez.
La identificación de los 88 cuerpos se logró sobre la base de analizar 121 tumbas y 122 cuerpos que fueron exhumados en Darwin -de las 230 tumbas que hay en total- y su cotejo con la muestra de ADN que aportaron unas 107 familias que dieron su consentimiento para que el proceso se realizara.
Entre el 20 de junio y el 7 de agosto de este año, un equipo de catorce especialistas forenses -provenientes de Argentina, Australia, Chile, España, México y Reino Unido- procedió a exhumar, analizar, obtener muestras y documentar cada uno de los restos mortales sin identificar enterrados en tumbas marcadas con la leyenda "Soldado argentino solo conocido por Dios".
Luego de un cuidadoso análisis realizado en una morgue equipada con alta tecnología, instalada provisoriamente en Darwin, cada uno de los cuerpos exhumados fue colocado en un nuevo féretro y sepultado en su tumba original el mismo día de su exhumación.
En tanto, el análisis genético de las muestras y el cotejo con las muestras de referencia de los familiares se realizaron en el laboratorio forense del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), ubicado en Córdoba y en paralelo, otros dos laboratorios en Reino Unido y España se encargaron del control y el aseguramiento de la calidad del análisis de ADN.
Todo el proceso fue coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja merced a un consenso construido entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido, en tanto las conclusiones finales de las tareas fueron entregadas el viernes último a ambos países en un encuentro celebrado en la sede de la CICR en Ginebra, Suiza.