Conocemos el corcho en múltiples variantes: para tapar botellas, como suelo o como aislante, pero sus aplicaciones van mucho más allá de eso, y de hecho en los últimos años se ven cada vez más productos para el hogar fabricados en base a este material.
Es más, Ikea, uno de los grandes fabricantes de muebles y artefactos para el hogar, ha puesto a la venta toda una colección en corcho. Para diseñarla, contrató a Ilse Crawford, una de las arquitectas de interiores más exitosas del momento.
La británica diseñó sillas, mesas, lámparas y varios recipientes de vidrio con tapas de corcho.
Crawford dice que eligió ese material por sus características: "No es permeable, es liviano y es robusto", explica. "Y hay algo incluso más importante: es muy agradable al tacto. Queríamos ofrecer una colección de objetos que a uno le gustara tomar".
La diseñadora dice que le gustó particularmente su textura, que funciona como una especie de contrapeso a la "inmaterialidad" del mundo moderno. "Cuanto más digital se vuelven nuestras vidas, más queremos cosas que podamos tomar con las manos", dice Crawford.
Y así es como el corcho ha vuelto a ser uno de los materiales naturales más demandados del momento para productos del hogar, y también se dio un renacimiento del mármol, de algunos metales como el cobre y el bronce, de las maderas y de algunas lanas.
El corcho no es un material económico. Como muchos productos naturales, requiere de un largo proceso de preparación, porque se produce a partir de árboles que deben tener unos 40 años. Pero al mismo tiempo es un material sustentable y proviene de bosques que a su vez funcionan como un importante ecosistema.
Otra de las marcas que pusieron el ojo en este material es Sofalca, de Portugal, que lanzó una marca Black Cork ofreciendo toda una gama de accesorios y muebles para el hogar. Está totalmente ideada por jóvenes diseñadores en corcho oscuro.
La serie Rohla Coffee Table es muy original. Su diseñador, Gonçalo Campos, juega con las asociaciones de una botella de vino. Las patas de la mesa terminan en un espiral de metal que remite al sacacorchos. La propuesta es que las patas puedan enroscarse a la mesa y, teóricamente, también se puede tomar una de ellas para abrir una botella.
Jasper Morrison propone en cambio una serie de banquetas llamadas Cork Family para la marca Vitra. "El diseño actual sobrevalora la forma", comenta el diseñador. "Pero en realidad el buen trabajo consiste en diseñar un producto en el que no se note que hubo un diseñador trabajando".
Su lema: el producto debe ser "supernormal". Sus propuestas no son ni vanidosas ni extravagantes, y justamente por eso el corcho le pareció un excelente aliado. A diferencia del mármol y la madera, el corcho es sobrio, no llama la atención y no es ni pretencioso, ni lujoso.
Es un material ideal para las propuestas de Morrison, que busca que sus diseños perduren en el tiempo.