Tanto el resfriado como la gripe son causados por virus, entonces no se recetan antibióticos. Por lo tanto, los remedios naturales pueden ser una solución para ayudarte a salir del trance.
JENGIBRE, EL ANTIGRIPAL DE LA NATURALEZA
Para el malestar, prepará esta infusión: picá una cucharada de jengibre fresco y agregalo a una taza de agua hirviendo. Podés añadir miel y un poco de limón. El jengibre te ayudará a sentirte mejor por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antibacteriales.
VAPORIZACIONES DE EUCALIPTO
Abrí tus vías respiratorias y aliviá la irritación de la garganta con vapor de eucalipto, que tiene propiedades expectorantes. Con mucho cuidado, vaciá agua muy caliente en una vasija amplia y agregá aceite u hojas de eucalipto. Colocá una toalla en tu cabeza para tratar de atrapar todo el vapor y poder respirarlo.
LÍQUIDOS CALIENTES
Las abuelas no se equivocan: no hay nada mejor para el resfriado que tomar algo bien calentito, y un estudio de la Universidad de Cardiff, de Inglaterra, lo confirma: "Las bebidas calientes proporcionan alivio inmediato al flujo nasal, la tos, los estornudos y la irritación de garganta".
NO TE DESHIDRATES
No te limites a infusiones y café: la cafeína es un diurético natural que puede provocar deshidratación si la tomás en exceso. Complementá con otras bebidas calientes o a temperatura ambiente, como agua, jugos de frutas o verduras o batidos de frutas.
TÉ VERDE, TÓNICO MILENARIO
Un estudio realizado en Japón encontró que el té verde contiene catequinas, sustancias con propiedades antivirales que ayudan a combatir e incluso a prevenir la gripe. La mejor manera de aprovechar sus beneficios es hacer gárgaras: los expertos aseguran que así las áreas afectadas quedan mejor expuestas a los efectos antivirales del té.
SAUCO, UNA ASPIRINA NATURAL
Aliviá el cuerpo cansado con una infusión de corteza y bayas de sauco. Este árbol contiene ácido salicílico, una sustancia semejante a la de las aspirinas, que ayuda a aliviar el dolor y la fiebre. También contiene sambucol, que combate la infección del virus de la gripe.
DESCANSO Y MÁS DESCANSO
Aprovechá para consentirte y no salgas de la cama. El Dr. Philip Tierno Jr., de la Universidad de Nueva York, explica que un buen descanso ayuda a que tu sistema inmune actúe mejor, acelerando el proceso de recuperación: “al mantenernos en reposo, el cuerpo puede dedicar más energía a combatir la enfermedad”, explica.
IRRIGACIÓN NASAL
Olvidate de la congestión nasal: mezclá un cuarto de cucharadita de sal marina sin yodo y un cuarto de cucharadita de bicarbonato en una taza de agua tibia. Vertí un par de gotas en cada fosa nasal, luego inclinate hacia adelante para que escurra un poco y soná tu nariz suavemente.
VENTILÁ TU CASA
Es fundamental la recirculación de aire. Los especialistas recomiendan ventilar la casa al menos 10 minutos cada tres horas. Cuando estés resfriada evitá los lugares cerrados con grandes aglomeraciones de gente.