Cada 7 de abril, el Día Mundial de la Salud nos invita a reflexionar sobre los desafíos y avances en el acceso a tratamientos médicos que impactan directamente en la calidad de vida de las personas. En este contexto, la reconstrucción mamaria post cáncer de mama no es solo una cuestión estética, sino un derecho fundamental que contribuye a la salud física y emocional de las pacientes.
El cáncer de mama sigue siendo el tipo de cáncer más frecuente en mujeres a nivel global, con más de 2,3 millones de casos anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Argentina, se diagnostican más de 22.000 casos por año, lo que representa el 16,8% de todos los tumores malignos. Si bien el diagnóstico temprano y los avances en tratamientos han mejorado la sobrevida, la reconstrucción mamaria sigue siendo un aspecto poco visibilizado en el proceso de recuperación.
Más allá de la cirugía: una necesidad médica y emocional
Para muchas mujeres, enfrentar una mastectomía implica no solo un desafío físico, sino también un impacto profundo en su identidad y bienestar emocional. La posibilidad de acceder a una reconstrucción mamaria segura y efectiva permite cerrar el ciclo de tratamiento, ayudando a las pacientes a recuperar su confianza y calidad de vida.
Los avances en cirugía plástica han permitido desarrollar técnicas innovadoras que optimizan los resultados estéticos y funcionales, reduciendo el tiempo de recuperación. Entre ellas, se destacan:
Innovación en recuperación postoperatoria
Los avances médicos han permitido optimizar la recuperación de las pacientes sometidas a cirugías mamarias, con implantes y un ejemplo de ello es la aplicación del protocolo ERABAS (Enhanced Recovery After Breast Augmentation Surgery). Esta metodología innovadora, basada en evidencia científica, tiene como objetivo minimizar el impacto quirúrgico y acelerar el proceso de rehabilitación luego de la colocación de un implante mamario.
Gracias a un enfoque integral, ERABAS combina anestesia multimodal, y control riguroso del trauma quirúrgico lo que evita en una gran cantidad de pacientes evitar el uso de drenajes y vendajes postoperatorios. ¿El resultado? Menos molestias, menor índice de complicaciones y una vuelta más rápida a la rutina diaria.
La reconstrucción mamaria requiere un enfoque multidisciplinario que integre cirujanos plásticos, oncólogos, psicólogos y otros especialistas, asegurando un tratamiento integral que atienda tanto la salud física como el bienestar emocional de la paciente. Cuando es posible, la reconstrucción inmediata, realizada en el mismo acto quirúrgico que la mastectomía, ofrece grandes beneficios, incluyendo una recuperación emocional más favorable y un resultado estético más natural, especialmente en aquellas pacientes en las que se ha podido preservar el complejo areola-pezón.
En cirugías de colocación de implantes mamarios, la eficacia del protocolo ha sido ampliamente demostrada. Un estudio retrospectivo sobre 2.906 pacientes reveló que el 95,32% logró una recuperación funcional en las primeras 24 horas tras la cirugía, reflejando el impacto positivo de este abordaje en la experiencia y bienestar de las pacientes.
La cirugía reconstructiva debe ser accesible para todas
En Argentina, la Ley Nacional 26.872 establece que todas las pacientes sometidas a una mastectomía tienen derecho a la reconstrucción mamaria.
Desde la comunidad médica, es fundamental generar mayor conciencia sobre la importancia de la reconstrucción mamaria como parte integral del tratamiento oncológico. Implementar enfoques innovadores y accesibles permite mejorar la calidad de vida de las pacientes y garantizar una recuperación más efectiva.
Un compromiso con la recuperación integral de las pacientes
El Día Mundial de la Salud nos recuerda que la medicina avanza cuando se enfoca en el bienestar integral de las personas. La reconstrucción mamaria no es un lujo ni un procedimiento meramente estético: es una oportunidad para que miles de mujeres recuperen su salud, su confianza y su calidad de vida tras atravesar el cáncer de mama.
* El autor es cirujano plástico experto en cirugía mamaria de rápida recuperación (MN 107.174). Pionero en la implementación de protocolos de rápida recuperación mamaria y creador del innovador protocolo ERABAS de cirugía mamaria. Su enfoque permite una recuperación acelerada y con mínimo disconfort, logrando que más del 95% de las pacientes puedan retomar su vida en menos de 48 horas.