¿Habrá algún artículo periodístico sobre novedades de tecnología que no incluya la frase “inteligencia artificial ”? La respuesta es no.
La inteligencia artificial se ha vuelto el común denominador de todos los nuevos productos tecnológicos, pero el usuario común aún no le ve potencial.
La Inteligencia artificial ha comenzado a abrumar a los usuarios que no confían en ella ni vean ventajas sustanciales.
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¿Habrá algún artículo periodístico sobre novedades de tecnología que no incluya la frase “inteligencia artificial ”? La respuesta es no.
Uno de los eventos más grandes de tecnología de los últimos días fue el Mobile World Congress (WMC) en Barcelona y la promoción de la IA en los celulares fue un tema recurrente en los cuatro días de feria.
La IA está al borde de convertirse en un cliché que se usa para abarcar todo sin detallar nada. Y no me refiero a que sus funciones en teléfonos, computadoras o aplicaciones sean humo, sino que muchas firmas echan mano de la herramienta para promocionar productos sin explicar que lo mejor de su funcionamiento es casi invisible.
La fotografía es el mejor ejemplo. Es útil, y divertido, cambiar caras en una foto que salió mal o borrar objetos que no queremos, pero la verdadera innovación corre por detrás, con una IA que “lee” la información de la imagen para mejorar sus puntos fuertes y corregir sus defectos para entregar fotos limpias, nítidas y de apariencia natural.
El marketing de la IA para consumidores inexpertos, por ahora, sigue enfocado en tonterías como las que Apple promociona para su IA, como escribir un correo de forma profesional -algo que un trabajador debería saber hacer por sí mismo- o crear un “Memoji” para expresarse, como si no hubiesen ya suficientes stickers para eso en el mundo.
Tampoco las personas perciben que la inteligencia artificial en sus teléfonos móviles implique un cambio sustancial en sus tareas cotidianas y muchos no distinguen a las herramientas de IA generativa -como ChatGPT o Gemini de Google- de las otras que optimizan o automatizan recursos, como Machine Learning.
Distinto es el caso del sector profesional, donde empresas, pymes y emprendimientos sacan provecho de las funciones para optimizar sus recursos. Porque más allá de ser una amenaza a los trabajadores, muchos negocios aprenden que la IA puede ser una aliada.
Así, la promoción de la IA como producto masivo ha comenzado a agotar y a abrumar a los usuarios, que ni siquiera descubren el potencial que hay detrás de las funciones estéticas que nos venden.