11 de febrero de 2025 - 00:00

El inesperado giro de Trump en Venezuela

Trump obtuvo un triunfo al lograr la liberación de rehenes estadounidenses en Venezuela sin reconocer a Maduro, pero ello debilitó a la oposición, mientras endurece su política migratoria y prioriza a Centroamérica en su agenda regional.

Donald Trump logró un éxito político inesperado en su relación con el régimen venezolano. Mediante una negociación con Maduro, permitió la liberación de seis rehenes estadounidenses detenidos en Venezuela. Para la oposición venezolana es un hecho confuso, pero para Trump es un triunfo que mejora su imagen interna. Cabe señalar que el acuerdo no significó el reconocimiento de Maduro por Washington. Se trata de una situación algo confusa para la oposición venezolana, ahora más debilitada, que esperaba medidas más duras contra el régimen. Mientras tanto, Corina Machado sigue con su estrategia, pero con menos capacidad de movilización. El presidente electo, Edmundo González Urrutia, continúa su gira por Europa y América Latina, obteniendo apoyo y reconocimiento de diversos gobiernos, aunque sin resultados concretos.

Algo que puede explicar la actitud de Trump es el destino del petróleo venezolano. Siempre criticó a Biden por permitir que Exxon siguiera comprándolo a este país y ahora pide revisar esas compras. La realidad es que mientras continúen, es difícil que caiga el gobierno de Maduro.

Mientras tanto, la situación en el norte de Sudamérica se complica. El ELN y disidencias de las FARC llevan semanas enfrentándose militarmente en la frontera entre Colombia y Venezuela. Petro declaró el estado de excepción y desplegó tropas para contener los enfrentamientos, aunque sin mucho éxito por ahora. En Venezuela el gobierno también movilizó fuerzas, abriendo la posibilidad de cierta coordinación entre ambos países. El proceso de paz en Colombia de 2016 está en crisis. Además, el gobierno de Trump declaró terrorista al “Tren de Aragua”, el cartel venezolano con presencia en Estados Unidos. Maduro accedió al pedido de recibir de vuelta en Venezuela a detenidos de esta organización, en un gesto de cooperación. Sin embargo, Trump aclaró que no reconoce al gobierno de Maduro y mantiene su respaldo a González Urrutia.

Un conflicto para la oposición venezolana es la suspensión de la entrada de migrantes al país. Hasta ahora Estados Unidos había sido flexible, considerando que huían de Maduro, pero esta política cambió. El gobierno en el exilio de González Urrutia gestiona la revocación de estas restricciones, que afectan a exiliados venezolanos. Las medidas implican la expulsión de inmigrantes ilegales y la suspensión de trámites de asilo. El rescate de los rehenes estadounidenses se alinea con la estrategia de Trump en Medio Oriente, enfocada en resultados rápidos de cara a la opinión pública estadounidense. Sin embargo, Venezuela no es una prioridad en su agenda global. La relación entre Trump y Maduro sigue el patrón de su política arancelaria. Con México, Canadá y Chile primero anunció medidas duras y luego negoció. En el caso de México, dejó en suspenso unas restricciones tras el compromiso de Sheinbaum de reforzar la frontera contra el tráfico de drogas y la inmigración ilegal, mostrando que aún es posible negociar.

La realidad indica que América del Sur todavía no estará en la agenda del nuevo gobierno estadounidense. El Secretario de Estado, Marco Rubio, realizará su primera gira a la región por Centroamérica y su entorno. La breve estadía de Rubio en Panamá ratifica el objetivo de Trump de influir en las tarifas que cobra el gobierno panameño por el uso del Canal y evitar la influencia china en este paso estratégico. Pero ha bajado la idea de la posibilidad de una intervención militar para alcanzar este objetivo.

Tras Panamá, Rubio visitará El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, es un aliado de Trump pese a algunas dificultades que han surgido en los últimos días en su relación económica, que seguramente serán solucionados. Costa Rica es un país que históricamente ha tenido una buena relación con Washington y en ello ha ayudado su fuerte tradición democrática. Pero la actual administración tiene algunas diferencias con la costarricense en torno a Panamá. En cuanto a Guatemala, se trata de un país que se muestra muy colaborativo con Estados Unidos en la recepción de los migrantes ilegales que envía. La gira incluye a Santo Domingo, quizás el país más próximo a la actual política de Trump en el ámbito del Caribe.

La actual administración estadounidense evalúa pedir la expulsión de Nicaragua del mercado común vigente entre Estados Unidos y los países centroamericanos. No parece lógico que con el actual nivel de confrontación, Nicaragua siga formando parte de este grupo. La medida puede ocasionarle perjuicios económicos. Venezuela, Centroamérica y el Caribe constituyen la prioridad para Estados Unidos por la vinculación con los carteles de la droga y el tráfico de fentanilo, de importancia creciente. Por ello el Secretario de Estado ha eludido a América del Sur en su gira, un mensaje claro de dónde están sus prioridades.

En definitiva, Trump obtuvo un triunfo al lograr la liberación de rehenes estadounidenses en Venezuela sin reconocer a Maduro, pero ello debilitó a la oposición, mientras endurece su política migratoria y prioriza a Centroamérica en su agenda regional.

* El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.

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