Colores que viven

Al final del callejón Anatole France se escuchan voces. Risas de niños jugando. Melodías desde una guitarra. Allí, cientos de muñecos de todos los tamaños y formas se asoman; los colores se vuelven más alegres aún.

Ella es Gabi Carli, la titiritera que desde hace dos años viene trabajando en su sueño más preciado: el de tener un espacio de creación donde enseñar su oficio. "Yo tengo muchísima necesidad de compartir esta profesión y vocación, de hacer un espacio de experimentación de títeres para quien tenga ganas de meter las narices en este mundo", apunta la artista. 

Con esa propuesta en mente y con una labor a todo pulmón hoy se cumple el anhelo; esta tarde, a partir de las 16.30, quedará inaugurado el Taller Giraluna, un espacio que alberga una sala-taller de producción de muñecos, una "bañoteca" (baño refaccionado y convertido en biblioteca sobre títeres), un espacio al aire libre propicio para crear historias y una muestra fotográfica sobre la trayectoria del elenco y otra con los títeres de diferentes técnicas.
 
"Mi idea con esta propuesta tiene un sentido de transmisión del oficio, de enseñar y aprender a la vez", comenta.

 La fiesta comenzará con la puesta en escena de "El rescate de los colores", una obra liviana, divertida y luminosa que nació con una "estrella", según la caracteriza su directora. Luego se dará comienzo a una actividad que involucra a toda la familia: el taller de creación de títeres en el que padres e hijos confeccionarán sus propios muñecos.

"Hoy van a entrar a la cocina del titiritero. Van a encontrar mis pinceles, pegamentos, dibujos y compartiremos esa parte de mi vida que me acompaña desde hace más de 25 años", afirma Gabi.

Además, a partir de mayo, Carli dictará un ciclo de talleres de títeres con clases sobre técnicas diferentes y una muestra. "Por ejemplo, para realizar los títeres gigantes compartimos la clase con Alicia Roy ya que ella es la especialista en los vestuarios cosidos".

Los cursos son de cupo limitado y están destinados a adultos y a niños de 6 a 12 años.
"Yo garantizo devolver a los niños enchastrados y felices", afirma Gabi desde su taller.