El color de piel es causa de discriminación en la escuela y en la calle

El caso de la niña que tuvo que irse de la escuela Patricias sacó a la luz una problemática persistente en Mendoza. Cómo lo viven algunos inmigrantes.

El color de piel es causa de discriminación en la escuela y en la calle
El color de piel es causa de discriminación en la escuela y en la calle

Si se tiene en cuenta que se suele decir que la sociedad argentina es un "crisol de razas", resulta difícil entender que a

una niña de 10 años la hayan acosado sus compañeritas en la escuela porque era "negra"

(hija de un padre de etnia negra y una madre blanca). Sin embargo, la discriminación a lo que se considera diferente o que se aleja de un estereotipo al que se aspira, se sostiene. Y la escuela es el ámbito donde se reflejan, y a la vez se deben trabajar, estos prejuicios sociales.

Esta semana, la mamá de una niña que asistía a la escuela Patricias Mendocinas dio a conocer que a su hija la hostigaban sus compañeras de quinto grado. Entre otras cosas, la calificaban de "burra" y de "negra". También la empujaban (una vez se quebró un pie por eso), le cobraban para dejarla pasar al baño y le sacaban la merienda. La madre no conocía la gravedad de la situación hasta que la pequeña le dijo que no quería ir más al colegio y que si la volvía a mandar se iba a matar.

Hoy la niña asiste a otra escuela, donde se ha integrado con sus nuevos compañeros sin problemas y mejoró las notas. Pero la madre decidió difundir lo ocurrido porque consideró que la situación no se manejó bien en el colegio y también para que otros padres estén atentos. El caso puso además en primer plano la problemática del bullying o acoso escolar, y hasta de la discriminación en general.

Es que, como sostiene la delegada del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) en Mendoza, Valeria Martínez, el acoso escolar "manifiesta la mirada que tenemos como sociedad respecto a algunos temas". Al mismo tiempo, la escuela es el espacio donde se pueden visibilizar esos prejuicios y abordarlos desde una perspectiva que promueva vínculos más solidarios y una visión más pluralista (ver aparte).

En cuanto a los motivos de que se discrimine por el color de piel en una comunidad multiétnica como la argentina, Martínez señaló que existen patrones de comportamiento y pensamiento que se basan en estereotipos. Así, hay modelos de nacionalidad, de cultura, de religión, de peso, de color de ojos y de piel a través de los que se mira al otro y nos miramos a nosotros mismos, aunque no se ajusten a la historia y composición étnica de una sociedad determinada.

En primera persona

Jack, quien hace 5 años llegó a Mendoza desde Senegal, reconoce que la discriminación existe. De inmediato aclara que a él, en particular, no le afecta porque no le da importancia, pero que más de una vez ha visto gente que pasa, lo miran, se hablan entre ellos al oído y se largan a reír. También hay algunos que lo observan con desconfianza, lo que atribuye a que hay temor y desconocimiento de lo que la persona hace.

El joven, quien tiene un local en uno de los persas de calle General Paz, considera que en parte estas actitudes se deben a que los discriminadores no saben lo que es ser inmigrante. Añadió que muchos mendocinos nunca han viajado fuera del país o incluso de la provincia para conocer otras realidades. Jack contó que en más de una ocasión le han dicho "andate a tu país" y que 40% de la gente con la que trata, lo discrimina.

La experiencia de Jenny, sin embargo, ha sido diferente. La joven es colombiana, trabaja en un restaurante de la Peatonal y sostiene que nunca ha tenido problemas por su color de piel. Sin embargo, aclara que si le hacen un comentario no se queda callada, pero que hay otras personas que son muy tímidas, no contestan y "se van con la mente llena de lo que les dijeron".

La chica comenta que más de una vez le han pedido sacarse fotos con ella y que accede sin problemas, y que desfiló tres veces en la pasarela. Pese a eso, hace unos días tuvo un incidente con una mujer que le gritó "negra de mierda, andate a tu país". Jenny lo recuerda con enojo y se indigna cuando habla del caso de la nena en la escuela Patricias. De todos modos, aclara que su hija de 12 años es morena y no se han burlado de ella en la escuela. Agrega que una amiga, también colombiana residente en Mendoza, tiene dos nenes y no le ha contado ningún episodio.

Claro que la desvalorización no sólo se extiende a las personas que han inmigrado. "Como tía, me sentí muy mal cuando escuché afligido a mi sobrino Santiago (11) preguntándole a su mamá por qué tenía las manos de piel oscura. Ese día, en la mañana, sus compañeritos del colegio se habían estado riendo de él y le habían hecho la misma pregunta, diciéndole que él era muy feo. Nadie pensaría que esto puede pasar en una escuela religiosa, donde los valores deberían ser correctamente impartidos", contó Julieta L.

Al respecto, la psicóloga y psicopedagoga Nancy Caballero resaltó que hay personas que se apropian de determinada característica física y hasta se presentan a sí mismos como "gordo", "flaco", "pelado", "petiso" o "negro". Pero es muy distinto a cuando el sobrenombre se utiliza con la intencionalidad de hacer daño o lo provoca, incluso sin intención de hacerlo. Asimismo, subrayó que quienes festejan la burla son cómplices, al igual que los que se quedan callados cuando presencian el acoso.

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