El ELN, última guerrilla activa en Colombia y en negociaciones de paz en Quito, se adjudicó un fatal atentado en Bogotá, que el gobierno repudió ayer advirtiendo que así no se alcanzará el cese al fuego que ambas partes anunciaron buscar.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), alzado en armas desde 1964, se atribuyó la medianoche del domingo el ataque con explosivos contra una patrulla policial, ocurrido el 19 de febrero cerca de la plaza de toros en Bogotá, que dejó un uniformado muerto y varios heridos de gravedad, además de daños materiales.
El “resultado” fue de “26 policías heridos”, en tanto “nuestra fuerza se retiró sin novedad”, indicó el grupo insurgente el texto publicado en la cuenta de su radio oficial, ELN Ranpal.
El policía Albeiro Garibello falleció el miércoles pasado “por el impacto del explosivo detonado en el sector de La Macarena”, informaron las autoridades.
El ELN y el gobierno de Juan Manuel Santos abrieron el 7 de febrero en Quito diálogos de paz para superar más de medio siglo de conflicto armado, que transcurren sin una tregua en el terreno.
Santos, flamante Nobel de la Paz, aspira a cerrar un acuerdo con el ELN para alcanzar la “paz completa”, tras la firma en noviembre de un histórico pacto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal y más antigua guerrilla del país. Desde Quito, el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo repudió este lunes el ataque en el barrio La Macarena, y enfatizó que aleja la posibilidad de un alto al fuego.
“Si el ELN cree que con actos terroristas como el de La Macarena va a presionar un cese al fuego está muy equivocado. El cese al fuego se alcanzará cuando el ELN comprenda que a él se llega desescalando, no escalando el conflicto”, escribió en Twitter.
Poco después, en su cuenta ELN-Paz y con la etiqueta #CeseBilateralYa, la guerrilla recordó que Santos había impuesto el “diálogo en medio del conflicto” y dijo que “desde un inicio el ELN ha propuesto el cese bilateral”.
En el comunicado difundido por ELN Ranpal, la guerrilla urgió a una tregua, algo que Santos en principio ha descartado por considerar que fortalecería al grupo rebelde, que se oficialmente se estima que cuenta con unos 1.500 combatientes.
“No es coherente por parte del gobierno sentarse a la mesa hablar de paz mientras dilata el cese bilateral y somete al padecimiento de la guerra a la población y a las partes que se enfrentan”, dijo el ELN.