El colegio Nuestra Señora del Líbano festeja sus primeros 50 años de vida

El dictado de clases empezó en los salones de una iglesia. Hoy tiene tres edificios donde casi mil alumnos cursan nivel inicial, primaria y secundaria bajo el lema "Creer, educar, trascender". El viernes será la gran fiesta.

El colegio Nuestra Señora del Líbano festeja sus primeros 50 años de vida
El colegio Nuestra Señora del Líbano festeja sus primeros 50 años de vida

El colegio Nuestra Señora del Líbano nació hace 50 años con la idea de equilibrar la balanza, ya que en la ciudad de San Martín de mediados del siglo XX, existía un colegio religioso para mujeres, pero ninguno de varones.

Fue entonces por iniciativa del padre Luis Conte y el pedido de muchos miembros de la parroquia Nuestra Señora del Líbano, que el 20 de marzo de 1962 finalmente abrió sus puertas el nuevo colegio y lo hizo con mucha humildad, con apenas una salita de jardín de infantes a la que asistían 23 niños. El tiempo pasó y el colegio es hoy una gran institución, con cerca de mil alumnos que cursan nivel inicial, primaria o secundaria y en el que los docentes destacan el espíritu solidario y el nivel educativo.

"En aquellos primeros años no había edificio propio y las clases comenzaron en los salones de la iglesia del Líbano, en la casa parroquial del cura e incluso en un pequeño ranchito, rodeado de álamos, que había en el lugar", cuenta Patricia Demichelis, directora de la primaria.

Durante esos primeros años en los que el colegio usó precariamente las instalaciones de la iglesia para dar clases, hubo maestras de una enorme entrega, que trabajaron más horas de las debidas y que incluso, lo hicieron ad honorem. Recién en 1968 el colegio fue incorporado por la Dirección General de Escuelas a la enseñanza oficial, y a medida de que fue creciendo en alumnos, los espacios del templo y de la casa parroquial se volvieron más pequeños e incómodos para dar clases.

Es así entonces que en 1971 ocurren dos acontecimientos importantes: la formación de la primera comisión de padres, que desde entonces se encargaría de la administración financiera y legal del colegio y el inicio de obra del edificio propio sobre calle Arjonilla, una construcción de dos pisos a la vuelta de la parroquia y en terrenos que pertenecían al Arzobispado. Entre las condiciones que puso la Iglesia para donar aquel predio, se pidió que en los estatutos constara que "la educación a impartir sea de orientación cristiana católica", algo que ya venía ocurriendo y que nunca se interrumpió.

De aquella primera época de dictado de clases en la iglesia, todos recuerdan la tarea y el impulso que le dio a la obra educativa el padre Ángel Girardi. "Eran años de mucha colaboración y compromiso. Cuando comenzó la construcción del edificio, los papás, los docentes y e incluso nosotros, los alumnos, ayudamos en la tarea y se pidió colaboración a los empresarios, se hicieron rifas, bailes y almuerzos para juntar fondo. Todo sumaba y los papás venían a pintar o a levantar paredes", recuerda Ricardo Scandura, funcionario de Irrigación, que cursó la primaria en el Líbano, lugar al que luego fueron sus tres hijos y con el que colaboró durante 16 años hasta 2011.

En 1975, el colegio pasó a ser mixto y en el '84 creó el secundario, al que hoy asisten más de 250 alumnos y que cuenta con dos modalidades: Economía y Ciencias Naturales. En el '93, la comisión de padres compró una casa, también en la calle Arjonilla y propiedad de la familia Vañek, donde funciona el jardín de infantes; más tarde, entre 1998 y 2010, el colegio construyó en ese predio, un total de 14 aulas que hoy forman la primaria.

Como toda institución que se hace y construye desde la nada y que ya tiene una historia de 50 años, el colegio Nuestra Señora del Líbano pasó por buenas y malas etapas. "A mediados de los '90 atravesaba una crisis grande, con deudas importantes, pocos alumnos y mucha morosidad en el pago de las cuotas", recuerda Scandura: "En aquel momento formamos una nueva comisión que con esfuerzo y mucha colaboración, logró sacar adelante a la institución".

Cecilia Escarlata es la vicedirectora y subraya: "Todos los años estamos haciendo alguna obra, esta vez fue el playón de juegos y antes se trabajó con el techo para el patio. Siempre hay algún proyecto y eso es virtud del buen manejo de los dineros que hace la comisión de padres".

La gente que ha pasado por el colegio del Líbano destaca distintas cosas: los que cursaron allí en los primeros años hablan del ambiente familiar que se vivía, los que vinieron después subrayan el sentido de pertenencia y también se suele destacar el buen nivel educativo que tiene la institución y la solidaridad que hay en la comunidad. El colegio Nuestra Señora del Líbano cumple 50 años y lo hace bajo un lema que resume su historia: "Creer, educar, trascender".

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