Son caminos nuevos o debieran serlo ya que fueron asfaltados hace menos de cinco años y sin embargo, el grado de deterioro que muestran las colectoras a ambos lados de la ruta 7, en San Martín, resulta alarmante: los baches se multiplican, el dibujo de las banquinas desaparece, no existe mayor señalización y la ausencia de luminarias es completa. Para colmo, en las noches se vuelve un lugar inseguro donde los intentos de asalto a los automovilistas son moneda corriente.
"Están destruidos porque se construyeron utilizando poco material y el mantenimiento que se les hace es nulo, así de sencillo", dice Miguel, un vecino que vive a pocos metros de la ruta 7 y que desde calle Viamonte utiliza la colectora sur casi a diario. Tanto García como el resto de los conductores circulan por allí a paso de hombre, esquivando pozos para no dañar amortiguadores.
Viamonte, Almirante Brown y Pedro Vargas, son 3 calles muy utilizadas por aquellos que buscan salir rápido de la ciudad hacia la ruta 7 y especialmente en estos meses, en los que la avenida Eva Perón, principal ingreso a la ciudad, está en obras. Pero una vez en la lateral, el tránsito se vuelve lento y precario, un problema que se repite a ambos lados de la ruta.
Son caminos que fueron asfaltados por Vialidad nacional hace menos de 5 años y, pese a ello, ya muestran graves signos de deterioro, con tramos levantados por efectos de la humedad o el calor, donde los pozos se han ido comiendo la mayor parte del asfalto. Así, recorrer, los casi 6.000 m. de la colectora sur que corre entre el autódromo de San Martín y el carril Buen Orden, significa viajar por un camino poceado y ondulado por efecto de la mala compactación, que provoca que el asfalto se corra y entonces se cuele por allí la humedad, lo que lleva a que, finalmente, el camino se levante.
Un ex delegado de Vialidad de la zona Este explicó que "el problema es que en la construcción de esas colectoras se usó muy poco material y la compactación ha sido deficiente. Entonces, una obra de slurry que debería durar varios años sin mantenimiento, se ha estropeado rápidamente".
A esto se suma la inseguridad, ya que el tránsito dificultoso y la falta de luminarias lleva a que por las noches los pocos vehículos que circulan por allí lo hagan despacio, situación que favorece cualquier intento de asalto. "Éstas son calles que los vecinos evitan en las noches y el que no conoce puede terminar asaltado", asegura Esteban Rodríguez, vecino.
Los vecinos de la zona han juntado firmas pidiendo la reparación y el mantenimiento de las colectoras. "Estamos al tanto del problema y hemos elevado la inquietud de la gente a Vialidad nacional, que es la jurisdicción a la que pertenecen la ruta 7 y sus laterales", señalan desde Obras Públicas de la comuna: "La respuesta es que la reparación de esos caminos está en proceso de licitación, pero no hay fecha concreta".