El
robo de utensilios en la escuela San Francisco de Asís, Godoy Cruz
, que dejó sin el desayuno y la comida a más de 600 chicos a fines de agosto hizo que
docentes, padres y amigos se unieran para hacer una colecta que permitiera reponer parte de lo que se llevaron
. Pero a los pocos días, llegó otra buena noticia para la comunidad escolar, ya que particulares también decidieron hacer una donación por su parte que terminó por devolver el normal funcionamiento del comedor.
Así, a través de una colecta solidaria organizada por la Comisión de Acción Social del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Mendoza, sus integrantes lograron juntar dinero que luego sirvió para comprar cacerolas, pavas, jarras de acero inoxidable, lecheras, jarros de plástico, cucharones y espumaderas, entre otros objetos necesarios para que se pudiera elaborar la comida que a diario deben recibir los alumnos del lugar.
“Además, otro colega nos hizo llegar ollas y utensilios para la escuela, que también fueron entregados ayer por la tarde a los directivos”, señaló Diego Tiezzi, uno de los integrantes de esa área del Consejo, que busca ayudar a distintos merenderos y lugares necesitados, por eso a penas se enteraron de la noticia del robo se pusieron manos a la obra.
La directora del establecimiento, Nadia Sara, se mostró emocionada con la “cadena de favores”. “No creíamos que esto iba a ser posible, porque nos hicieron muchas promesas desde el municipio y la DGE, que aún no se concretan. Hay que recalcar que todo empezó con el aporte de dinero que hicieron amigos, padres y docentes de manera desinteresada. Esto nos permitió usar lo recolectado para poder comprar otras cosas que se robaron, como las cortinas, el lavarropas y el matafuegos”, explicó la directora.
Todo sirvió para que la escuela fuera recuperando de a poco su movimiento habitual. El comedor se pudo habilitar para darles el almuerzo a los 150 chicos que comen en el establecimiento de lunes a viernes y desde hoy (y luego a la donación que recibieron ayer), los 650 alumnos pudieron merendar. “Hasta ahora, sólo se le podía dar la leche a unos pocos, porque no teníamos ollas suficientes. Estamos muy felices”, dijo la directora.