El alegre colorido de las pinturas en las rampas de acceso al jardín Granaderos de los Andes, ubicado en la esquina de Pedro Molina y España de Ciudad, contrasta con el hedor que se percibe en cuanto uno se aproxima.
El olor de las cloacas se empezó a sentir la semana pasada y el martes se inundó el subsuelo. Ayer, luego de que los padres reclamaran que sus niños no podían asistir en estas condiciones, se suspendieron las clases por tiempo indefinido mientras se realiza una obra de reparación.
Hace aproximadamente un mes, se tapó el tendido cloacal en el jardín, que funciona en una ampliación de la escuela Arístides Villanueva (ya que carece de edificio propio).
En ese momento, solucionaron el problema -acudió un camión atmosférico- pero resultó ser de modo provisorio, ya que unas semanas después apareció nuevamente.
Los 180 alumnos, que asisten a sala de 4 y de 5 en dos turnos, ocupan 4 aulas que están al nivel de la calle, junto con los baños. Pero en el subsuelo se encuentran la dirección, la cocina y la ludoteca del jardín, como también la sala de música y la biblioteca de la primaria.
En el nivel inferior también hay sanitarios y de estos empezó a aflorar el líquido cloacal. Romina, mamá de una alumna de sala de 5, contó que su hija le dijo el martes que les habían lavado las manos con toallitas húmedas y que no pudieron tomar el té, ya que no se podía usar la cocina.
También, que una compañerita fue al baño y le pidieron que no tirara la cadena. Carolina, otra mamá, integrante de la comisión de padres, indicó que el ingreso al patio de juegos es por el subsuelo, por lo que estos días los pequeños estuvieron jugando en otro, muy pequeño y en donde era fuerte el olor nauseabundo.
Y agregó que este no sólo se percibía en el jardín, donde asiste su hijo, sino también en la primaria, al punto que su hija, que va a tercer grado, se descompuso el miércoles.
El viernes, los padres presentaron una nota a la directora del Granaderos de los Andes, para que la elevara a la supervisión y a la DGE, solicitando una solución al problema.
También, que se suspendieran las clases, sin contar inasistencias, hasta que se arreglaran las cloacas y se desinfectara el jardín. Es que, según resaltaron, aunque los niños no vayan al nivel inferior, los adultos sí y pueden llevar bacterias con el calzado.
Ante la falta de una respuesta, estuvieron a punto de cortar la calle ayer, pero finalmente lograron que comenzaran las obras y que el espacio esté cerrado hasta que concluyan. De hecho, por la tarde ya había personas trabajando en el lugar.
Lunes o martes
El subdirector de Mantenimiento y Reparaciones (de la Subsecretaría de Infraestructura Social Básica), Emilio Pastorino, explicó que primero destaparon el tendido.
Personal de Aysam descartó que el inconveniente se encontrara en la conexión de la red de la escuela con la colectora que pasa por la calle.
Tanto desde el interior del edificio como desde el exterior, detalló, las sondas llegaron hasta un punto, donde estaría el problema, debajo de una escalera de hormigón.
Esto, comentó el funcionario, los obligará a romper hasta llegar al caño, que estiman se encuentra a unos 5 metros de profundidad.
Si se trata de cambiar un tramo del tendido, los trabajos podrían concluir mañana o el lunes, para que los niños puedan volver a clases lunes o martes. Pero Pastorino aclaró que en las reparaciones pueden surgir imprevistos que obliguen a extender el plazo.
