La nueva tendencia mundial en desarrollos residenciales consiste en la integración de espacios. Un poco como estrategia para aprovechar al máximo cada metro cuadrado de los hogares modernos, y un poco como respuesta a las nuevas formas de vivir que nos propone el siglo XXI.
Cocinar dejó de ser una obligación para subsistir, para convertirse en una moda, un deleite. Y la cocina, en consecuencia, tomó mayor protagonismo en los hogares, posicionándose incluso como la gran estrella. Sin embargo, si contáramos con la posibilidad de ocultar parte del mobiliario del espacio gastronómico, obtendríamos la oportunidad de reinventar el espacio, transformarlo, reutilizarlo.
En la actualidad existe un sistema que permite otorgar intimidad o bien integrar parte del mobiliario según el clima que desee crear el dueño de casa. Se trata de una solución para puertas ocultas. Puede ser simple o doble, guardando la o las puertas en los laterales del mueble.
“El diseño de mobiliario inteligente permite simplificar nuestras tareas e incluso aportar una cuota de felicidad a nuestras vidas. Aquello que fue diseñado suele ser más útil, intuitivo y sensato, agreagando valor a los usuarios. Si vivimos en un monoambiente, esta solución nos permite ocultar la cocina cuando precisemos crear una situación más social, o incluso cuando nos vamos a dormir", comentó Fernanda Smith, de Häfele Argentina.
Las cocinas integradas tienen tantos pros como contras. Y en los detractores encontramos que el principal argumento se basa en las exigencias que acarrea un espacio integrado: mantener estricto orden, la limpieza permanente es obligatoria, queda totalmente expuesto el caos. Sin embargo, hoy existen herrajes que nos permiten integrar o aislar ciertos sectores críticos de una cocina cuando necesitamos darle otro uso al lugar, generando más vida por metro cuadrado.