Los aceites menos recomendables son, en primer lugar los aceites de origen animal, estos de por sí, más allá de ser expuestos al calor, suman al cuerpo grandes cantidades de grasas saturadas que pueden aumentar los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
En segundo lugar el aceite de soja, muchos de estos son hechos a partir de granos de soja transgénicos lo que tiene un sinfín de implicancias negativas para el organismo. Por último, los aceites de cánola o de maíz, éstos son muy usados debido a que resultan muy baratos pero no son la mejor elección para la salud ya que se oxidan con rapidez y tienen grandes cantidades de calorías.
Los aceites vegetales no deben calentarse durante más de 30 segundos ya que en este punto comienzan a quemarse, poniéndose negros y humeando. Al llegar a este punto sus moléculas comienzan a descomponerse y liberar químicos, lo que lo hace más difícil de digerir y dañino para la salud cardíaca.