Cocherías y crematorios preocupados por riesgo de transmisión de coronavirus post-mortem

Existen protocolos sobre manipulación de cuerpos pero temen por aquellos que no sean identificados y queden excluidos de recaudos especiales

Cocherías y crematorios preocupados por riesgo de transmisión de coronavirus post-mortem
Cocherías y crematorios preocupados por riesgo de transmisión de coronavirus post-mortem

Quienes intervienen en la disposición final de los cuerpos de quienes fallecen en la provincia se encuentran preocupados por los riesgos que implica la manipulación inadecuada de alguien con Covid-19.

Expresan que esto está asociado a los casos en que no se informe adecuadamente que esa persona presenta coronavirus y que por ende se corra el riesgo de no tomar los recaudos necesarios para evitar el contagio.

Es que el virus pandémico Sars-CoV-2 es altamente infeccioso y se considera así incluso después del fallecimiento, aunque no hay certezas sobre cuánto sobrevive post mortem.

“El tratamiento de cadáveres es fundamental, ya que se considera al mismo altamente infectante por contacto directo con el entorno y sus fluidos corporales como orina, materia fecal o secreciones respiratorias”, expresa el protocolo de actuación sobre el tema emitido por el ministerio de Salud de la provincia.


Fuego. La incineración de un cuerpo de contextura normal demanda entre una hora y dos. Las cenizas son entregadas en una urna. | archivo Los Andes
Fuego. La incineración de un cuerpo de contextura normal demanda entre una hora y dos. Las cenizas son entregadas en una urna. | archivo Los Andes

Aunque ya se estaba alertando sobre esta situación, un caso ocurrido en Vicente López, Buenos Aires, disparó la alarma. Una mujer que ingresó a una clínica por una afección urinaria finalmente falleció. Su familia dudaba de la causa y pidió una determinación para saber si la muerte estaba asociada a coronavirus lo cual finalmente se confirmó. Resultaron infectadas 12 personas, hasta ahora, entre personal de la clínica, de la funeraria y familiares, quienes acusan al nosocomio de haber ocultado la información.

El viernes prestadores del servicio de retiro y traslado de fallecidos realizaron en aquella provincia una protesta que replicaron ayer y a la que se sumó personal de ambulancias.

Pese a que hay un protocolo definido por el ministerio de Salud de la Nación sostienen que las clínicas privadas no lo respetan.

Temores

Hay definiciones claras sobre cómo se debe proceder con el cuerpo de un fallecido con Covid-19 para evitar riesgos, como envolverlo en una bolsa especial y usar equipos de protección. Sin embargo, el problema surge cuando la infección no se informa a quienes deben manipularlo y por ende no se toman los recaudos. Esto puede suceder porque el hisopado demoró o porque se desconocía la infección. Por ello, de acuerdo a lo que explican quienes trabajan en estos procedimientos, el principal problema está en la confección del certificado de defunción.

“Nuestro mayor temor es que alguna persona haya estado infectada y no se haya identificado, puede ser que haya estado cursando de manera asintomática, esto pone en riesgo a las personas que están en contacto con los cadáveres”, señaló Pablo Gassull, responsable del crematorio Cipolletti de Luján de Cuyo.

“Por ahí le ponen neumonía grave adquirida en la comunidad o insuficiencia respiratoria y no se le había hecho el hisopado”, advirtió.

En el mismo sentido se expresó Ariel Boschin, socio gerente de la empresa de servicios fúnebres Boschin Hermanos. “Nuestra empresa hizo los dos primeros casos fallecidos en Mendoza y aunque ya estaba el protocolo fueron entregados en bolsas de consorcio”, detalló.

Aclaró que desde la Asociación Cuyana de Empresas Fúnebres saben muy bien cómo proceder y tienen todos los equipos para el personal. Además aclaró que evalúan permanentemente la situación y han notado que con el correr de los días se ha mejorado el procedimiento de los involucrados.

De todas formas manifestó: “Existe temor en las empresas de que se relajen o que no le presten atención a eso, las empresas estamos preocupadas y necesitamos que hospitales, geriátricos y ambulancias emitan el certificado de defunción correctamente”.

Luego relató: “Hemos tenido experiencias feas como una médica que no quería entregar el certificado de defunción a la familia (cuando siempre es así) y quería entregarlo directamente a la cochería para avisar verbalmente que tuvieran cuidados por las dudas que tuviera coronavirus porque el resultado del hisopado demoraba 72 horas, pero eso no se hace así y a un colega de Maipú le pasó lo mismo”.

En riesgo

El personal de la institución médica donde falleció o del geriátrico, de la cochería y del crematorio o cementerio son los más expuestos.

“Son muchas las patologías que los cadáveres pueden transmitir a las personas , por contacto directo o por los gases emitidos en el proceso de putrefacción, por eso yo creo que en todos los casos deberían ser entregados en bolsas mortuorias y perfectamente identificadas, no solo los de Covid”, opinó Gassull. Aclaró que los hospitales públicos suelen hacerlo y que quizás sea algo positivo que podría incorporarse. Por otra parte dijo que si aumentan los casos la situación será más compleja: habrá más identificados pero también más que no lo estén.

Protocolo

El protocolo local estipula que todo el personal que interviene en el manejo, traslado y disposición final de los cadáveres deberán cumplir con las normas de bioseguridad y el uso de equipos de protección personal de acuerdo a lo establecido. Esto incluye guante descartable, barbijo descartable medico-quirúrgico, antiparras y camisolín hidrorepelente.

La preparación se realiza en el mismo lugar donde fallece el paciente a quien no se le retira ningún dispositivo médico que tenga como sondas o catéteres.

Además se deben ocluir los orificios naturales como nariz, boca y ano con algodón embebido en alcohol 70% e introducirse el cadáver en una bolsa sanitaria junto con la ropa de cama. La bolsa debe reunir las siguientes características: estanca, biodegradable, resistencia a la presión de los gases en su interior e impermeabilidad. El espesor mínimo debe ser de 150 micrones con cremallera y debe sellarse con sellador silicona en frío de alta resistencia. Una vez empacado el cadáver, la totalidad de la bolsa debe desinfectarse con solución del hipoclorito de sodio.

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