Nada les resultó fácil a los chicos del club de rugby Los Escarabajos de La Consulta. Empezar de cero hace más de cinco años, abrirse paso en una cultura local demasiado futbolera y superar las distancias y dificultades propias de pertenecer a un departamento alejado son algunos de los desafíos que les exigieron como grupo una dosis extra de esfuerzo.
Sin embargo, en lugar de volverlos más competitivos, ellos traducen estas “piedras en el camino” en gestos de solidaridad. Tiempo atrás, cedieron parte de su terreno a una asociación que hace equinoterapia para chicos con discapacidad. Ahora, Los Escarabajos realizaron la donación de un colectivo al Club Deportivo Llancanelo de Malargüe. Buscan que sus pares sureños no se priven de encuentros o competencias por no tener una movilidad propia con la cual salvar las amplias distancias.
“Conocemos la lucha de este club amigo, que es también la nuestra. Siempre hablamos con ellos en los encuentros de esta cuestión de estar cerca y lejos de todos lados. De allí surgió la idea y también para ayudar a difundir este deporte en el Sur”, explicó Javier Capelani, presidente del club sancarlino.
La semana pasada, tras un torneo en la ciudad de Mendoza, escarabajos y malargüinos sellaron con un brindis la entrega simbólica del vehículo. La gente de La Consulta lo había gestionado ante el gobierno de la Provincia y conseguido hace más de un año. Sin embargo, les salió la posibilidad de adquirir otro más grande a buen precio -gracias a subsidios del Casino de Mendoza y de la Municipalidad de San Carlos- y no dudaron en dar el primero a su ‘club amigo’ del Sur.
Se trata de un colectivo de línea, que perteneció a la empresa de transporte N° 2. Es un Volskwagen, modelo 2007, al cual hay que hacerle unos retoques en taller para ponerlo en ruta (Los Escarabajos también se ocuparon de buscar los repuestos para completar la entrega).
“Queremos ponerlo a punto para 2016. Nos vendrá bárbaro para abaratar costos. Es que nuestro gran problema son las distancias. Los equipos del Gran Mendoza difícilmente quieren salir de su territorio para jugar y nosotros tenemos casi 200 kilómetros sólo a San Rafael y unos 450 a la capital mendocina”, apuntó Lucas Cardone, presidente del club Llancanelo, quien comentó que la mayoría de las veces salen a las 5 de la mañana para llegar a las competencias.
Los pequeños y juveniles rugbiers de La Consulta se quejan porque tildan al deporte que eligieron de rudo y violento. “Estadísticamente, hay menos lesionados que en el fútbol, porque todo está reglado. Además, en el rugby se fomentan los valores de respeto al oponente y al árbitro, de compromiso con el club y de ser solidarios. Los pibes saben que no jugamos contra otros chicos, sino para encontrarnos y aprender juntos”, exponen sus entrenadores.
En el marco de esta camaradería entre equipos se entiende la donación al grupo marlargüino. Los Escarabajos son agradecidos por haber contado en sus inicios con el apoyo de Los Tordos -que entre otras cosas, le regalaron una amansadora para que practicaran sus forwards- y de la permanente ayuda del Mendoza Rugby Club.
Poco a poco y con esfuerzo, este deporte se va imponiendo en los departamentos mendocinos, de la mano de la oferta de hockey sobre césped para las mujeres, como ocurre en ambos casos. Llancanelo es un equipo joven, no tiene más de cuatro años de vida, pero suma en sus filas a más de 100 chicos menores de 17 años. Por su parte, los sancarlinos tienen más de 120 jugadores, entre infantiles y juveniles.
“Siempre para adelante”, es la clave para Cavelani. Lo cierto es que el club sancarlino no se queda quieto: ha renovado el pasto en su cancha de hockey y está tras un subsidio de Japón para colocar la de pasto sintético. Ha puesto a andar un colectivo que perteneció a Central Argentino, para 48 pasajeros y ahora está tratando de dotar de iluminación la cancha de hockey.