Desde su primera homilía en marzo de 2013, el papa Francisco ha predicado sobre la necesidad de proteger a la Tierra y a toda la Creación, como parte de un mensaje más general sobre el ambiente. Ha provocado poca controversia, hasta hoy.
Sin embargo, ahora, mientras Francisco se prepara para pronunciar este verano (boreal) la que probablemente sea una encíclica sumamente influyente sobre la degradación ambiental y los efectos que ha tenido en los pobres el cambio climático causado por el hombre, se están alarmando algunos conservadores en los Estados Unidos, quienes están poco dispuestos a ver que la Iglesia Católica se reposicione como una voz potente en una causa en la que ellos no creen.
Como parte de la preparación de la encíclica, altos funcionarios del Vaticano sostendrán una reunión cumbre el próximo martes para impulsar la campaña en que Francisco exhortará a los dirigentes mundiales a que promulguen, en París, en diciembre, un acuerdo de gran alcance sobre el cambio climático.
El acuerdo haría que, por primera vez, cada país se comprometiera a promulgar nuevas leyes estrictas para reducir las emisiones que causan el calentamiento global.
La reunión cumbre del Vaticano se centrará en los vínculos entre pobreza, desarrollo económico y cambio climático, en la que habrá discursos y discusiones en paneles con científicos del clima y líderes religiosos, así como economistas como Jeffrey Sachs, de la Universidad de Columbia. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien dirige los esfuerzos para forjar el acuerdo de París, pronunciará el discurso de apertura.
Funcionarios vaticanos que llevan más de un año ayudando a Francisco en la preparación de su mensaje, ya han convocado a varias reuniones sobre el tema. El mes pasado, se entrevistaron con Gina McCarthy, la administradora del Organismo para la Protección Ambiental.
En Estados Unidos, además de la encíclica, habrá una campaña de doce semanas, la que se está preparando con la participación de algunos obispos católicos, para plantear el tema del cambio climático y la administración ambiental en sermones, homilías, entrevistas en los medios informativos y cartas a los editores de periódicos, dijo Dan Misleh, el director ejecutivo de la Alianza Católica por el Clima en Washington.
Sin embargo, el esfuerzo ya está irritando a diversos conservadores estadounidenses, entre ellos, miembros del Instituto Heartland, una organización libertaria fundada, en parte, por la Fundación Charles G. Koch, administrada por los multimillonarios industrialistas hermanos Koch, que se oponen a la política del clima.
‘Expertos’ están engañando al Santo Padre en Naciones Unidas, quienes han demostrado no ser dignos de su confianza”, dijo en una declaración Joseph Bast, director del Instituto Heartland. “Aunque de seguro que el corazón del papa Francisco está en el lugar correcto, le haría un perjuicio a su rebaño y al mundo si pone su autoridad moral detrás de la poco científica agenda de Naciones Unidas sobre el clima”.
El Instituto planea realizar una rueda de prensa y un panel en Roma en protesta por la reunión cumbre vaticana.
Sin embargo, los defensores de la política del clima ven el discurso que el Papa pronunciará en setiembre ante el Congreso como un momento potente, ya que cerca de 30 por ciento de sus integrantes es católico además de un considerable grupo de creyentes de otras religiones.
El presidente de la Cámara de Representantes, John A. Boehner, republicano por Ohio, invitó al Papa a hablar ante el Congreso, pero algunos católicos dicen que Boehner debería prepararse para algunos momentos incómodos. Él, que es católico, ha criticado a menudo al gobierno de Obama por lo que llama su agenda ambiental “que acaba con el empleo”.
“Creo que Boehner está loco al haber invitado al Papa a hablar ante el Congreso”, dijo el reverendo Thomas Reese, un analista del National Catholic Reporter. “¿Se puede imaginar lo que harán los republicanos cuando diga: ‘Tienen que hacer algo sobre el calentamiento mundial’?”.
Además diversos católicos -incluidos Jeb Bush, Marco Rubio, Bobby Jindal, Chris Christie y Rick Santorum- se están preparando para competir por la candidatura republicana a la presidencia, y la mayoría de ellos cuestionan el sustento científico del cambio climático causado por el hombre.
Varios intelectuales católicos conservadores que esperan que el mensaje del Papa refuerce a la gran mayoría de los científicos que sostienen que la actividad humana ha inducido el cambio climático, incluido Robert P. George, un catedrático de derecho en Princeton, han publicado artículos en los que les recuerdan a los católicos que los pronunciamientos del Papa sobre la ciencia no necesariamente son sólidos ni vinculantes.
Maureen Mullarkey, una pintora y escritora, dijo en el periódico conservador First Things que “Francisco mancilla su cargo al usar formulaciones demagógicas para intimidar a la población para que actúe en forma refleja sobre el clima, sin ninguna guía sustantiva más que la propaganda teologizada”.
Timothy E. Wirth, el vicepresidente de la Fundación de Naciones Unidas, dijo: “Nunca habíamos visto que un papa hiciera algo como esto. Ningún individuo tiene tanta influencia mundial como él. Lo que está haciendo tendrá resonancia en el gobierno de cualquier país cuyo electorado católico sea líder”.
No obstante, Francisco no es el primer papa que impulsa un mensaje ambientalista. Su predecesor, el papa Benedicto XVI, al que algunos llamaron el “papa verde”, escribió sobre el ambiente y el impacto en el cambio climático en documentos que se recopilaron en el libro “El ambiente”.
Sin embargo, católicos y expertos en políticas climáticas reconocen que esas obras tuvieron poco impacto sustancial en la política del calentamiento mundial.
Las acciones políticas de Francisco sobre el cambio climático, en particular que use la encíclica, van mucho más allá de lo que había sucedido antes. Católicos señalan otras encíclicas papales que tuvieron impacto en las políticas públicas, como la Rerum Novarum de León XIII, en 1891, sobre el trabajo y los derechos de los trabajadores, que impulsó el movimiento por los derechos de los obreros y llevó a la creación de sindicatos.
“Creo que esto provocará cambios significativos”, comentó Charles J. Reid (Jr), profesor en la facultad de Derecho de la Universidad de St. Thomas.
“Benedicto era un académico en su torre de marfil. Escribió libros y esperó que persuadieran con la razón. Pero el papa Francisco sabe cómo vender sus ideas”.