El conflicto entre el Gobierno argentino y la empresa chilena LAN pasó a ser el centro de atención de la V Reunión Binacional de Ministros de Chile y Argentina que se celebra hoy en Santiago.
A tal punto que el presidente Sebastián Piñera podría reducir al mínimo su presencia o incluso no asistir al encuentro. Es una señal de la molestia del gobierno chileno, que incluso habría barajado la posibilidad de suspender el cónclave.
Se trata de una reunión formal a la que asistirán, por lado argentino, el canciller Héctor Timerman; el ministro de Planificación, Julio De Vido; la titular de Seguridad e Interior, Nilda Garré; el de Salud, Juan Luis Manzur; de Educación, Alberto Sileoni; de Defensa, Agustín Rossi, y el secretario de Cultura, Jorge Coscia. Junto a sus pares chilenos, abarcarán una larga de lista de temas bilaterales, como la energía, los pasos fronterizos o la integración en la zona austral.
Pero si en marzo Piñera calificaba las relaciones entre Chile y Argentina como "en su mejor momento", hoy a partir del tema LAN parece resurgir la desconfianza. El conflicto será abordado por el canciller Timerman con su colega chileno, Alfredo Moreno.
Fuentes consultadas hablaban ayer del "efecto psicológico en el largo plazo" que plantean medidas como la aplicada por el ente de control aeroportuario argentino, aunque afecten sólo a una empresa privada y no la gran cantidad de temas comunes. Consideraban que en Chile se trabaja para solucionar el asunto "sin poner en juego la relación bilateral completa" y manteniendo la frialdad, sin confundir un país con gobernantes "circunstanciales".
En el establishment chileno la incomodidad es mayor ante un vecino que -opinan- da muestras de "falta de tacto" y toma medidas que consideran "arbitrarias", como señaló ayer el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz. Consideró a la sanción contra LAN "sin lógica económica".
Tampoco son raros los comentarios de empresarios chilenos y también de representantes de multinacionales afincadas en Chile sobre la falta de transparencia en el manejo de las instituciones.
Una vez más, la prensa chilena (y numerosos comentarios de lectores) recordaban ayer episodios como el de 2004, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner decidió, pese a los acuerdos bilaterales firmados, suspender el suministro de gas natural argentino a Chile para privilegiar el consumo interno, desatando una crisis energética en el país vecino.
Ayer, los medios chilenos se hacían eco de los reclamos de la oposición y de los gremios aeronáuticos de Argentina, críticos de la decisión oficial.