Un disco duro lleno hace más lenta la computadora e impide que se puedan grabar nuevos archivos, así que hace falta comprar uno nuevo.
¿Pero cuál? Y ¿cómo pasar los datos?
También hay que tener en cuenta si se trata de ampliar la memoria interna, externa, si se trata de un cambio general que incluye el sistema operativo y los programas o si se va a hacer una división: sistema y programas en un SSD rápido y los archivos en otro disco.
Lo más sencillo es sin duda comprar un nuevo disco duro para todos los archivos de una computadora de escritorio que tiene además un segundo disco. Lo mejor es comprar uno lo más grande posible, señala Rainer Schuldt, de la revista "Computerbild". "Hoy en día los hay de tres terabytes por un precio relativamente accesible".
Habitualmente, conectar el disco nuevo es sencillo y después de reiniciar la computadora el sistema operativo lo reconoce. Sólo resta traspasar los datos de uno a otro.
En el caso de las computadoras más antiguas vale la pena, en cambio, utilizar el nuevo disco duro más potente para cargar allí todo el sistema operativo y volver a instalar los programas, recomienda Josef Reitberger, de la revista de informática "Chip". De ese modo, el sistema vuelve a funcionar mucho más rápido. "Pero esto cuesta por supuesto más horas de trabajo".
Es muy práctico tener el sistema operativo y los programas en un SSD y grabar los archivos, como fotos o videos, en el disco interno. Por una parte porque el espacio de almacenamiento es más caro en el SSD, pero también porque "un SSD es un auténtico acelerador, pero mucho más sensible en lo que respecta al archivo de datos que un disco duro", explica Schuldt. "Los archivos que uno quiere guardar a largo plazo como fotos y videos están mejor en un HDD normal".
Para no volver a instalar todo de nuevo se puede traspasar de una sola vez al nuevo disco. Existen programas que lo hacen, como el gratuito Clonezilla o las llamadas herramientas de migración de datos que traen incluso incorporados algunos fabricantes de SSD, indica Reitberger.
Lo único a tener en cuenta es que el sistema actual no ocupe más espacio del que tiene el nuevo disco. Esto no debería ser un problema con los discos normales, pero sí con los SSD, por lo que una migración de este tipo requiere algo de experiencia.
Para trasladar todo de una vez, es decir clonar el sistema, es necesario que el nuevo disco se pueda conectar de forma paralela al antiguo.
Para ello se lo puede colocar en la PC o, si eso no es posible, mediante un adaptador. Existen adaptadores USB por unos diez dólares, explica Reitberger.
Se trata de adaptadores que se usan también cuando hay que sustituir en una notebook el antiguo disco duro por uno nuevo o un SSD pero hay que seguir usando el antiguo sistema. Para ello también hay que clonarlo. Y, como en el resto de casos de este tipo, siempre hay que hacer antes una copia de seguridad de los archivos importantes en una memoria externa por seguridad.
Aunque hay excepciones que confirman la regla, las notebooks no admiten normalmente un segundo disco duro, explica Hans-Georg Eßer, de la revista "EasyLinux". Si usted necesita más espacio hay que recurrir a una memoria externa o trasladar todo el sistema a un nuevo disco.
Si tiene, sin embargo, una segunda unidad, a veces se puede colocar allí un segundo disco en vez del lector de DVD o Bluray, añade Eßer. Solamente traen un hueco para un segundo HDD algunas notebooks con grandes pantallas o para jugadores.