Se dice que aproximadamente un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. Para que los dos tercios que nos quedan sean productivos, necesitamos que nuestro descanso sea pleno. Es por eso que, debemos poner dedicación y esmero en cada elemento de nuestro dormitorio.
El santuario de descanso y energía para poseer una buena cama es de gran interés para nuestro cuerpo.
PENSAR EL ESPACIO
Lo ideal es que haya suficiente espacio a cada lado para poder circular libremente, para colocar una mesita de luz o una alfombra. Es necesario que a ambos lados haya una corriente natural de aire.
Observá primero el espacio que disponés. Tené en cuenta que no debés colocar en una habitación pequeña una cama con una estructura enorme o una cabecera de dimensiones desorbitadas. Elegí algo ligero y estructurado, de manera que no consumas más espacio del necesario.
LA CAMA
Comprar una buena cama, supone normalmente una gran inversión, pero a la larga notaremos en las horas de sueño de calidad y en nuestro descanso, que ha sido una buena compra.
Dejá la vergüenza a un lado y animate a probar las camas, antes de comprarlas. Aunque muchos no se atrevan, es indispensable probarla y ver si se ajusta a tus necesidades, a tu cuerpo y a tus gustos.
EL COLCHÓN
La cama, es nuestro nido de descanso e intimidad, donde absorbemos la energía para el resto del día. Una mala elección nos puede dar a largo plazo problemas de espalda y tensiones. El primero de los pasos es poner atención en que sea un buen colchón para nuestra columna vertebral.
En el mercado encontramos tres opciones principales: blando, duro o muy duro. Para su elección debemos tener en cuenta varias cosas.
Lo primero es que no sólo debemos fijarnos en nuestros gustos sino en su función.
Un colchón demasiado blando es igual de malo para la espaldan que uno muy duro. EL blando no sostiene fuertemente el cuerpo y provoca constantes movimientos durante el sueño y el duro podría causar rigideces en el cuerpo.
LA ALMOHADA
En el mercado existen numerosas opciones pero se recomiendan almohadas de fibras sintéticas, de plumas o de espuma. O si buscamos algo más moderno las hay de cáscara de alforfón, la poly cluster o de latex. Una de las más recomendadas es la pluma de ganso ya que tiene mucho relleno pero se adapta perfectamente a tus gustos, más alta o más chata. También están las inteligentes y las cervicales. Puedes asesorarte con un traumatólogo, cuál es la ideal de acuerdo a tu fisonomía.
LA DISTRIBUCIÓN
La mejor forma para la distribución de un dormitorio es que sea cuadrada. Comenzando por aquí. Como muchas veces no es posible, tendremos en cuenta los siguientes puntos para que el Feng Shui en nuestro dormitorio sea positivo.
El punto más importante: intentar que la cabecera de la cama sea la pared que más alejada de la puerta se encuentre. Al mismo tiempo, no debe estar en línea recta ni con la puerta de entrada ni con la del baño. Preferiblemente que esta misma pared no tenga ventanas ni espejos porque el respaldo simboliza la seguridad de la vida y los espejos debilitan esta fuerza.
Existe la opción de saber cuál es tu punto cardinal más favorable, procurá orientar la cabecera de tu cama hacia ese punto.
VESTIR LA CAMA
Y ¿cómo se viste correctamente una cama? Para esto no hay reglas. Muchas de las opciones son meras costumbres culturales, por ejemplo, el uso de la sábana encimera.
Cada vez más se usa solamente la sábana bajera y un plumón, colcha o acolchado encima. En cuanto a comodidad es mejor, porque no perdés la sábana encimera entre tus piernas y sólo te tenés que preocupar de cambiar la funda y la bajera cuando creas conveniente.
En cuanto a los materiales para las sábanas de cualquier tipo, son sin duda, el algodón y el lino.