Claudio Aquino estuvo en el ojo de la tormenta. En uno de los momentos más críticos del plantel, fue protagonista del "sobre llovido, mojado".
En cuestión de meses, el volante de Godoy Cruz pasó de un momento dulce a otro bien amargo.
De estar en los planes de Racing en el último mercado a no ser tenido en cuenta por Carlos Mayor para el partido ante Defensa y Justicia y, encima, protagonizar un accidente en la mañana anterior al domingo del empate ante el Halcón. Impensadamente, se convirtió en noticia fuera de la cancha...
El sábado 6 de setiembre, Aquino perdió el control de su Citroën C3 en la calle General Rodríguez, primero impactó a un Corsa estacionado y luego golpeó a un Gol en movimiento.
El auto del ex Ferro finalmente frenó su andar sobre una acequia, enseguida aparecieron efectivos policiales y comenzaron con los peritajes.
Le encontraron un nivel de alcohol en sangre de 1.08 (el límite permitido es 0.5), por lo que le retiraron la licencia y se llevaron el auto en remolque. Eso sí, por suerte, no hubo que lamentar víctimas...
Al otro día del incidente, tanto el presidente José Mansur como el técnico Carlos Mayor salieron a bancarlo. “Vamos a bancar al ser humano”, dijeron a dúo tras confirmar que no se aplicarían medidas disciplinarias con el enganche.
El martes siguiente al accidente, Aquino se presentó a entrenar. Pero con la misma cintura con la que gambetea en la cancha, esquivó los micrófonos y grabadores. Hasta ayer. Tras la práctica matutina, rompió el silencio con el colega de "Dos de Punta". Y más tarde atendió la requisitoria telefónica de Más Deportes.
“Haber estado afuera varias fechas me hizo pensar y recapacitar un poco sobre las cosas que estaba haciendo mal. Por suerte Carlos (Mayor) me volvió a concentrar y traté de aprovechar la oportunidad que me dio nuevamente”, comenzó diciendo.
-¿Por qué no querías hablar?
-En su momento sentí que no era lo adecuado hablar porque estaba en un momento de calentura y si alguien me decía algo podía reaccionar de mala manera, pero después lo pensé con la cabeza fría y tomé la decisión de volver a hablar.
-¿Te sentís arrepentido de lo que pasó?
-Sí, totalmente. Me equivoqué y asumí la responsabilidad. De hecho, en la práctica del martes siguiente al accidente les pedí disculpas a todos. La verdad que el apoyo que me brindaron mis familiares, mis compañeros, el cuerpo técnico y los dirigentes fue muy importante para mí y me hizo sentir tranquilo.
Es de hombres aceptar el error y pedir disculpas cara a cara. Ojalá pueda retribuir en la cancha esa confianza que me mostraron todos ellos.
-¿Por qué no volviste al nivel que mostraste en los primeros partidos con Jorge Almirón?
-Sinceramente no le encuentro explicación. Soy consciente de que puedo dar mucho más, por eso acepté cuando me tocó salir del equipo. Trabajo cada día para volver a encontrar mi nivel. Ojalá sea pronto.
-Seguro que tiene que ver con el nivel colectivo del equipo...
-Puede ser. Igual, pienso que hemos levantado bastante y no estamos teniendo la suerte necesaria para convertir. Creo que las llegadas las tenemos, pero nos falta mejorar en la definición.
Tito Ramírez y Marital, a los "tortazos"
Se sabe que el horno no está para bollos en la Bodega. Para colmo, durante el ensayo de ayer por la mañana en el Gambarte, Rubén Ramírez y Juan Marital dieron la nota.
En plena sesión de fútbol reducido, Tito se enojó con el zurdo ex Magallanes de Chile porque no lo asistió en una jugada, discutieron y se tiraron un par de manotazos, lo que obligó al DT a parar la práctica.
Acto seguido, Lucas Ceballos se interpuso en el medio de ambos para separar y Lértora tranquilizó a Ramírez.
Luego de tomar agua, se pidieron disculpas y a seguir trabajando. Todo quedó ahí, pero... Un ratito antes de este episodio, Aquino se había insultado con Marital.
¡Tranquilos, muchachos!
