Claudia Ríos Ortiz (51) comenzó el año investigando uno de los homicidios más resonantes de los últimos años, se la pudo ver dirigiendo los allanamientos en el domicilio de Gilad Pereg, el israelí que está imputado por asesinar a su madre y a su tía.
Recibió a Los Andes después de una noche complicada. No, no le había tocado trabajar en algún caso. Sucede que el club de sus pasiones, Godoy Cruz Antonio Tomba, había sufrido una terrible goleada frente a River.
Siempre explicando las cosas con tono de voz pausado, la fiscal habla mientras se acomoda el pelo y mira a los ojos. En su despacho convive un enorme retrato del General San Martín, su líder indiscutido, la bandera de Mendoza, santos, recuerdos de viajes, aceites y sahumerios.
Pero la charla desnudó las pasiones que hay detrás de esa voz tranquila. Una es su trabajo y agradece a Dios poder hacer lo que le gusta, la otra es el club Godoy Cruz Antonio Tomba, "en la cancha es donde me descargo", dice. También está su familia, la que la ayuda a soportar presiones y extensas jornadas laborales, los textos del general San Martín y la psicología. En su escritorio hay una pequeña estatua de Sigmund Freud, es que la fiscal estudió la carrera, tiene 25 materias aprobadas, pero el trabajo diario le impidió terminarla.
La carrera judicial
Ríos Ortiz ingresó el 1 de marzo de 1990 como auxiliar del segundo juzgado de instrucción a cargo de Juan Horacio Del Pópolo durante un año, luego estuvo en el sexto juzgado de instrucción. Ahí se desempeñó como auxiliar y como secretaria, el juzgado estaba a cargo de Carlos Benegas. "El fue como un padre en lo laboral", recuerda Ríos Ortiz. Después pasó a la sexta cámara del crimen en el 2004 y en diciembre del 2005 la nombraron como fiscal de Maipú y Luján. La terna la recibió el ex gobernador Julio Cobos y la designó como fiscal. Estuvo allí hasta el 2009 cuando el procurador Rodolfo González la nombró como fiscal de delitos complejos y hace poco tiempo, al especializarse las fiscalías, quedó como fiscal de homicidios. El 1 de marzo cumplirá 29 años en la justicia.
Impotencia
La fiscal explica que para ella todos los casos que ha tenido son importantes, "porque hay víctimas e imputados necesitan que se resuelva. Hay causas en las que todavía no he podido dar respuesta, las tengo en la memoria y sigo trabajando junto a mi equipo para esclarecerlas. En algunas hay imputados identificados y no los podemos encontrar, y en otras en cambio que no se ha podido identificar al presunto autor del hecho". No duda en afirmar que "a las víctimas le decimos la verdad, hasta cuando se deja en libertad a una persona, algunos lo entienden y otros no. Los fiscales tenemos que dar la cara ante la sociedad y explicar lo dictaminado conforme a derecho".
El equipo
Para Ríos Ortiz hay dos características propias en el trabajo judicial, "la vocación de servicio y el trabajo en equipo, eso lo aprendí el Dr. Carlos Benegas, juez del Sexto Juzgado de Instrucción. Si se llega a juicio o se detiene a alguien es por los aciertos que se realiza por el trabajo de un equipo".
Las pasiones
Ríos Ortiz se apasiona cuando habla de su trabajo. “Me gusta lo que hago, puedo estar muy cansada y agotada, pero agradezco a Dios poder hacer lo que me gusta”.
Recuerda que no se decidía entre abogacía y medicina por los diferentes tipos de películas que veía, la entusiasmaba el papel del acusador en las policiales y también el rol de la médica que asistía a una persona o que determinaba por qué motivos falleció. Egresó del colegio Martín Zapata, promoción '86 turno noche, compañeros con los que todavía se junta. Organizando el viaje de egresados, le tocó vender números para poder pagar el viaje a Córdoba y ahí conoció el Poder Judicial. "Intenté en primero ingresar a Medicina, pero recuerdo que el preuniversitario era muy costoso, y los conocimientos que tenía eran más para ciencias económicas o derecho. Estudié dos años en la Universidad de Mendoza y dejé. Entre esos años que corrían me dediqué a acompañar a mi pareja que se encontraba con una enfermedad delicada y cuando en la Universidad Champagnat se formó la carrera de abogacía, comencé y egresé en la primera promoción. Lamentablemente mi pareja no pudo verme recibida, era su mayor anhelo".
Recuerda las palabras de sus padres. “Ellos no tienen estudio universitario, pero siempre voy a tener presente todo lo que hicieron para darme un estudio, trabajando horas extras, con la finalidad de que tuviera un título. No me di cuenta de todo lo que hacía mi papá por la familia hasta que se quemó su cuerpo en un pozo, que explotó, cuando fusionaba una pérdida de gas. El trabajó en Gas del Estado, luego llamado Ecogas. Hoy es jubilado. Recuerdo cada palabra que decía en ese tiempo, que se iba a desvivir trabajando para que sus hijas tuvieran un título. Y siempre con el ejemplo nos enseña hasta hoy, repitiendo ‘trabajen con esfuerzo, honestidad y lealtad, no se olviden del por favor y dar las gracias’”.
También se despeja la fiscal. "Me gusta ir a la cancha, soy hincha del Tomba, grito y me saco el estrés laboral. Además estoy en un grupo de funcional, esto incluye correr, boxeo y otras actividades, pero a veces por el trabajo no tengo asistencia perfecta. Pero lo que más disfruto es mi familia, llegar y saber que me están esperando con una sonrisa y los suaves ladridos de mi perra (risas). Ellos me sostienen en los momentos difíciles y me dan la alegría que necesito. Representan el escudo frente a las adversidades y la compañía afectuosa de todos los días. Los amigos también te reconfortan".
Admira a San Martín por su capacidad de trabajar en equipo y sus estrategias. Hay una frase que tiene en su celular en una imagen para no olvidarla: "La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder". La lee y dice que a mucha gente le pasa eso, mientras termina la charla.
Los casos más resonantes
La fiscal de Homicidios Claudia Ríos Ortiz tiene en sus manos los expedientes de numerosos casos. Aunque suene redundante, justamente por tratarse de homicidios, los hechos ganan la atención de toda la provincia.
Hasta setiembre de 2016, Ríos era fiscal de Delitos Complejos. Entonces también se hacía cargo de resonantes investigaciones. A partir de la decisión del Procurador General de la Corte, Alejandro Gullé, la letrada pasó a formar parte de la Unidad Fiscal de Homicidios y Violencia Institucional por lo que aberrantes casos siguen bajo su órbita.
La investigación del crimen del psicólogo Flavio Piottante (39) y su paciente Estrella Libedinsky (31), ocurrido el 12 de julio de 2006, se reactivó en marzo de 2017. El caso, uno de los más resonantes y misteriosos ocurridos en la provincia, fue transferido a manos de Ríos. La pareja fue cruelmente asesinada en un consultorio de calle Barcala de Ciudad. El único sospechoso, Mauricio Suárez, la ex pareja de Andrea Troncoso (por entonces novia de Piottante), está prófugo.
La madrugada del 13 de febrero de 2018 la provincia se estremecía con un triple crimen. Mónica Outeda (51), Mayra Bueno (25) y Lautaro Valentino Vega (7), madre, hija y nieto, respectivamente, fueron asesinados en su casa del barrio Escorihuela, de Rodeo de la Cruz. El homicida incendió la vivienda antes de escapar.
Finalmente fue encontrado ahorcado y con pocos signos vitales en Colonia Bombal, Maipú. José Molina Morales (39) fue trasladado al Central, donde murió. La fiscal Ríos tuvo la difícil tarea de instruir la causa.
El femicidio de Julieta González ocurrido el 27 de setiembre de 2016, fue uno de los tres que se cometieron con pocos días de diferencia en Mendoza ese año. El cadáver fue encontrado golpeado y atado de pies y manos en una ripiera en Cacheuta. El golpe fatal fue propinado en la cabeza.
La fiscal Ríos tiene a su cargo la pesquisa que llevó tras las rejas a Andrés Di Césare, único acusado. Se espera que la Suprema Corte de Justicia resuelva cuándo iniciará el juicio contra el joven de 23 años. Ha negado ser el autor del crimen. El asesinato del adolescente Emir Cuattoni (15), ocurrido el 17 de abril de 2016 en Godoy Cruz, es otro de los expedientes que tiene a su cargo Claudia Ríos. / Ignacio Zavala Tello
Ping pong
Un líder: San Martín.
Un referente laboral: El doctor Carlos Benegas.
Un lugar: Me gusta el mar y también la montaña.
Una situación difícil: La muerte de mi pareja, el amor más puro y sincero.
Una momento alegre: Estar con mi familia.
Algo pendiente: No haber podido formar una familia.
Un desafío: Crecer como persona y aprender de la vida y mi trabajo.
Música: Me gusta todo tipo de música.
Una virtud: Ser demasiado sincera.
Un defecto: Soy ansiosa y muchas veces quiero las cosas ya.
Una comida: Asado.