Clasificación de residuos, una iniciativa de estudiantes

La idea nació en una Feria de Ciencias y hoy se aplica en el barrio 8 de Noviembre.

Clasificación de residuos, una iniciativa de estudiantes
Clasificación de residuos, una iniciativa de estudiantes

Empezaron con un simple trabajo para la Feria de Ciencias en 2015 y hoy acompañan al municipio en la implementación de la clasificación diferenciada de residuos domiciliarios en un barrio piloto de Tupungato, el 8 de Noviembre. Ahora, la idea del gobierno local es extender progresivamente el sistema a todos los barrios del departamento.

Los chicos de 4to año de la escuela Compañía de María entienden que su proyecto creció, que ya no les pertenece, y están felices por ello. “Estamos orgullosos, salió de nuestro curso, pero terminó siendo un proyecto de todo el pueblo. Es hora de que todos asumamos nuestro rol en el cuidado de la naturaleza”, apuntó Ornella Giuliani.

El sábado, los chicos de la promoción Ëmmer (Siempre) llegaron al 'barrio testigo' para proponerle juegos a los niños y actividades al resto de la familia.

Entre mates, charlas y diversión, la movida no tiene otro fin que enseñarles a los vecinos cómo será esto de separar los residuos y construir juntos un “ambiente más saludable”.

Aunque, ahora viene lo decisivo, “la prueba de fuego” -como se envalentonan los estudiantes-; este paso oficiará de cierre de un trabajo que nació hace más de dos años.

Los chicos recabaron toda la información necesaria, integraron una mesa de diálogo en el Concejo Deliberante, realizaron encuestas casa por casa para saber si las familias conocían y estaban de acuerdo con el sistema de recolección diferenciada y diseñaron las tarjetas de invitación para esta fecha lanzamiento.

“Desde el comienzo, nos pareció una propuesta interesante y necesaria de los chicos y los acompañamos. Cuestiones de presupuesto demoraron la implementación, pero ahora será el municipio el encargado de continuar la tarea y asegurarse que el servicio diferenciado de recolección funcione y se pueda extender a otras áreas de Tupungato”, expuso Celeste Suñer, directora de Ambiente de la Comuna.

“Es necesario que tomemos conciencia en la necesidad de reducir los volúmenes de residuos, para erradicar los basurales a cielo abierto, evitar que colapse el sistema actual y empezar a pensar en el reciclado como opción”, señaló Camila Giaquinta.

Tras participar de capacitaciones y charlas de diversa índole, los estudiantes visitaron el Coince (la Planta de Tratamiento de residuos domiciliarios del Valle de Uco).

Allí, descubrieron que su capacidad ha quedado chica y empezaron a buscar experiencias de empresas o cooperativas que reciclan y compran materiales.

Este barrio pequeño, ubicado entre viñedos, fue propuesto por la comuna para empezar la prueba piloto. “Está más encapsulado y tiene pocas familias, lo que permite estudiar mejor el desarrollo del sistema”, explicó  uno de los alumnos.

Las 58 familias de este complejo habitacional, seguirán sacando los desechos húmedos en bolsas, como hasta ahora. Sólo que el municipio dispondrá contenedores especiales por cuadra para que arrojen allí los residuos secos.

“Se trata de los vidrios, metales, plásticos, papeles y cartones. La idea es que laven y sequen los recipientes antes de tirarlos, para evitar contaminación y que atraigan animales, insectos, etc.”, indicó un estudiante.

Los alumnos han realizado carteles de distintos colores, para enseñar a la comunidad cómo despachar cada desecho.

“Hay colores internacionalmente pautados, como el rojo para los residuos peligrosos. Nos basamos en los colores que adopta el Coince y los necesarios para esta primera experiencia.

Son el azul para vidrios, metales y maderas; el blanco para papeles y cartones y el amarillo para plásticos”, explicó Mercedes Viotto.

Los chicos se turnan para participar de las mesas de gestión, donde trabajan junto a los concejales de la comisión de Ambiente, los referentes del municipio y profesores del IES 9-009 Tupungato. Estos elaboraron la entrevista, que los chicos llevaron a la práctica.

“Fue muy interesante, algunos nos cerraban la puerta en la cara, pero la mayoría se mostró muy interesado en cambiar sus prácticas de deposición.

Muchos dicen que no separaban antes, porque después en el camión se junta toda la basura”, señaló Fernanda Aruani y destacó que más de la mitad está dispuesto a realizar la clasificación.

El interés de este curso por la Ecología nació en 2015, cuando se empezaron a interesar por el destino final de los residuos domiciliarios.

Mientras evaluaban una solución, la escuela se enfocó en el “carpetómetro”, una propuesta para vender el papel que se desecha anualmente y a la que se sumaron otras instituciones.

“El año pasado sólo este colegio, reunió casi 800 kilos de papel”, expuso la directora María Mansilla.

“Los alumnos están muy comprometidos y no será fácil, pero este cambio cultural debe empezar”, señaló la profe Claudia Martín, quien vive en el barrio piloto.

Por su parte, Mansilla agradeció a los ediles y funcionarios “que le dieron voz de los jóvenes  en un tema que les preocupa y los escucharon con respeto”.

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