El historial del clásico mendocino entre Gimnasia y e Independiente es largo de contar, largo de resumir, demasiadas anécdotas con personajes que le han dado vida a cada partido en su momento y que sostuvieron con jerarquía la historia que les tocó escribir.
Hoy, a partir de 15.30, en el estadio Malvinas Argentinas, después de tres años, se editará una nueva edición del clásico entre Mensanas y Leprosos, donde estará la Copa Vendimia. Un aperitivo de lo que será seguramente el choque, por la B Nacional.
Todas las épocas tuvieron sus momentos de gloria, pero está claro que la de los 70' y de los 80' fueron dos décadas de mucho brillo; con Gimnasia de la mano del Víctor (Legrotaglie) e Independiente, con el Caudillo, Hugo Cirilo Mémoli, quienes compartieron vestuarios con el Antonio "Cura" Vergara, Francisco "el Chueco" Vicino, Roberto "Taca" Chavero, Miguel Rodríguez, Daniel Sosa, Esteban "Gallego" Soto, Juan Carlos "Gringo" Minotto, Norberto "Bicho" Avendaño y Omar "Cochina" Olguín, otras glorias indiscutibles del Parque, que compartieron una breve charla con Más Deportes.
Las historias y las anécdotas se cruzan en la mesa del café. El Cura Vergara fue el mentor del encuentro y, mientras esperan el café Minotto sentado al lado del Bicho le dice ¿Te acordás cuando te partí la ceja?. "Sí, mirá" le responde el Bicho y muestra una pequeña cicatriz en el arco superciliar derecho.
“En uno de los clásicos me hacen un full cuando caigo tiro la patada en plancha y cuando levanto la cabeza, el Bicho estaba lleno de sangre. Me echaron a la mierda a los 20 minutos", se ríen todos.
“No pasaba nada,eso era en la cancha. ¡Les pegamos un baile en ese partido! 4 a 1 ganamos”, explica Avendaño pegado codo a codo en la mesa junto al Gringo Minotto.
“Eran grandes clásicos eran todos jugadores genuinos del club y uno que otro venido de otro clubes. Hoy no sé si de los 22 jugadores en la cancha 3 o 4 son de la cantera. Vivíamos los clásicos con muchas pasión. Lo bueno sería que los pibes entiendan que son adversarios, no enemigos”, comenta Daniel Sosa,.
“Con Daniel somos amigos desde el 92, mis hijos y sus hijos son amigos y si bien jugamos juntos en Independiente, el se siente identificado con Gimnasia y yo con la Lepra”, desliza Minotto, mientras van saltando de recuerdo en recuerdo entre ellos traen a su memoria a los desaparecidos Cachavacha Pérez, Chupete Badía, Juan Gilberto Funes y el inolvidable Gringo Mémoli y hasta Sergio Scivoletto.
“Mi viejo había jugado 14 años en Luján y quería que jugase allí. Trabaja en YPF, pero me llevaba todos los domingos a ver a Gimnasia. Nos dieron una casa en Godoy Cruz y me fui a probar al Lobo. Ahí me quedé para siempre”, dice el habilidoso, Cochina Olguín.
En mi primer clásico. antes del partido el Victor, me dice: “Cochina no jugués por el medio te van a pegar, el Víctor era el técnico, jugá por la orilla y por la orilla jugaba éste que era el peor (Taca Chavero) Entonces le pregunte y a quien encaro, si todos me van a pegar . En la primera pelota que recibo le encaro a éste (Chavero) por el lado de la platea de Independiente y me bajó. ¡Me pegó un guascazo! Y me caigo por la patada y desde atrás venía corriendo el Gringo Mémoli me agarra y me dice: Dale pibe levantate, levantate. Y cuando me está alzando se acerca y me dice: Si este te pegó, yo te voy a estampar contra la pared (todos ríen). Ese fue mi primer clásico, tenía 19 años”, sonríe Olguín.
“Hubo uno de los partidos que le empatamos y nosotros éramos 8 en la cancha. Hice un gol sobre la hora, fue 2 a 2. Nos respetábamos mucho en la cancha” comenta Minotto.
Sosa agregó: “Éste era un crack” elogia a Cochina Olguín.
“El (Vicino) nació en Gim nasia, yo en Independiente como él (el Taca Chavero), indicó el Cura Vergara (organizador) y tomó la posta de la charla: “Lo vivíamos de una forma especial a full. La provincia lo vivía así.Teníamos a Jácamo, talentoso y motivador, en la semana te decía ¡vamos pendejos que hay que vivirlo hay que estar, hay que ganar!. Llegaba el día sábado, porque los clásicos se jugaban los sábados no los domingo”
“Y ganábamos nosotros”, interrumpe el Chueco Vicino entre risas.
“Ganáramos o perdiéramos vivíamos esa semana a full. Venía gente de otros clubes a ver nuestro clásico”, dice Vergara.
El Chueco se mete de lleno en la charla y comentó que : “Tuvimos rachas en los que ganábamos 4 o 5 partidos seguidos y otros que otros que no podíamos vencer Independiente. Pero lo lindo del clásico era lo que se generaba durante toda esa semana, en el periodismo, en la calle, en el bar en todos lados. Era un clásico muy esperado, Estaba esa expectativa tan grande que la cancha explotaba el día de partido”, expresó.