Desde hoy, Robin Wright se pondrá en la piel de Claire Underwood, la 47° presidenta de los Estados Unidos, en la sexta (y última) temporada de "House of Cards", por Netflix.
¿O debería decirse "House of Claire"? En el trailer del 5 de setiembre, la plataforma de streaming reveló que Frank Underwood (marido de Claire), murió en la ficción en 2017.
Fue la estrategia para sacarse de encima a Kevin Spacey (por las reiteradas denuncias de acoso y abuso sexual, incluso de varios compañeros en "House of Cards").
Justamente, el primer episodio de esta sexta temporada revelará que murió durmiendo en su cama, pero los detalles son un misterio. Ahora es la chance de Robin Wright, en su rol de Claire Underwood, para dominar, manipular y amenazar en esta "temporada de ajustes".
El 6 de octubre pasado, en una táctica de marketing, la muerte de su marido quedó corroborada en los avisos fúnebres que Claire Underwood (o sea, Netflix) publicó en Clarín y La Nación: "En conmemoración del primer aniversario de la muerte de mi esposo y expresidente. De ti, me quedo con lo mejor. Claire Underwood, presidenta de los Estados Unidos".
El miércoles pasado Buzzfeed reveló cuánto le costó a Netflix deshacerse de Spacey: 40 millones de dólares. Más arduo fue replantear la sexta temporada de "House of Cards": ¿Logrará el envío cautivar sin su símbolo máximo? Entre complots y castigos, Claire deberá consolidar su mandato ante a dos nuevos enemigos, a cargo de los actores Diane Lane y Greg Kinnear.
Son los hermanos Shepherd, herederos de un conglomerado industrial con poder de lobby en la política de los Estados Unidos. Ambos tienen un tenso pasado junto a los Underwood.