Paciencia y respeto por la pelota. Dos sellos que el “Ingeniero” Manuel Pellegrini le imprimió al Manchester City campeón de la Premier League. El técnico chileno comandó un equipo plagado de futbolistas de buen pie, y que nunca se dio por vencido, ni siquiera cuando el Liverpool encadenó once triunfos consecutivos y le arrebató la punta.
El City, con la paciencia inglesa, impuso su experiencia en la recta final y alcanzó el cuarto título de su historia con el valioso aporte de los argentinos Pablo Zabaleta, Martín Demichelis y Sergio Agüero.
Al Manchester City no le tembló el pulso en la última fecha, cuando recibió al West Ham. Tenía que ganar para no depender de un heroico triunfo de Liverpool, y lo hizo con convicción. Fue una aplanadora desde el minuto uno.
El City tuvo su premio a los 38, cuando el francés Samir Nasri clavó un derechazo desde 25 metros que, tras pegar en el poste, se metió en el arco de Adrián. Después, fue un monólogo. Zabaleta casi la mete en posición de delantero, y Silva estremeció el travesaño.
El partido ya estaba liquidado ante un West Ham que se preparó para defender y nunca presentó un plan B.
El gol de Kompany, a los 3 del complemento, desestimó los goles del Liverpool. Nasri casi mete el segundo de su cosecha personal, y Agüero estuvo a punto de meterlo de cabeza tras un centro de Zabaleta.
Los de Pellegrini tocaron y tocaron, esperando el pitazo final. Hubo tiempo para una ovación impresionante de los 50 mil hinchas del City para Yaya Touré, la figura del campeón, cuando dejó la cancha a seis minutos del cierre.
Premio para el City, que cerró la Premier en lo más alto con números que asombran: 86 puntos que equivalen a un 75% de efectividad. Fue el equipo que más goles convirtió (102), el que consiguió más victorias (27), y el que menos perdió (6).
De la mano del chileno Pellegrini, primer técnico sudamericano en ganar la Premier League, Manchester City cerró una temporada inolvidable en la que ya había conseguido la Copa de la Liga.