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hace 57 minutos
Una mujer publicó en Facebook tres fotos que revelan cómo pasan la noche padres y niños, que duermen en las sillas y en el piso del hospital Humberto Notti para conseguir un turno. Con el usuario Love Joha, esta madre cuestionó a las autoridades, aunque lo cierto es que tenía obra social, fue al Fleming y desde allí la derivaron.
El 27 de mayo ella subió a la red social las imágenes y escribió: “Una vergüenza!!!! De este modo mi hijo y muchos hijos más pasaron la noche esperando por un miserable turno. ¿Donde está la garantía que se ofrece a los niños? ¿Este es el derecho a la salud?”
“Cada noche se repite la misma historia. Niños y adultos esperan tirados en suelo completando al rededor de 12 horas de espera para ver si tienen la fortuna de alcanzar alguno de los cinco turnos que se dan para cada especialidad”, agregó la mujer.
Y continuó: “Humillante vergonzoso e inhumano... ¿Aquí alguien se acuerda de los derechos humanos?, ¿Donde están las autoridades competentes? ¿Será que no se enteran porque a esas horas los refugian las cálidas colchas de sus camas?”
Esta mamá se dirigió directamente a los candidatos políticos: “Vamos muchachos, media pila (…) lancen su campaña a las tres de la mañana en la guardia del Notti... Al que tenga [el coraje] de hacerlo yo le doy mi voto”.
La respuesta
Por su parte, el director ejecutivo del Notti, Eduardo Villarreal, explicó que la situación es real y que se debe a una "cuestión cultural" que desde Salud están intentando erradicar "pero que lleva mucho tiempo".
“El Notti, que es un centro de alta complejidad, se convierte en un gran Centro de Salud, esto sucede porque todos se quieren hacer atender aquí", detalló el funcionario.
"La gente llega, al niño se le hacen todos los estudios que necesita y hasta se va con el medicamento apropiado", dijo.
Agregó que “llegan aquí los casos que deberían ser resueltos en los Centros de Salud e inclusive vienen pacientes que corresponderían ser atendidos en hospitales privados, entonces lógicamente no damos a basto y se genera así el 'cuello de botella'”.
“Se trata de una concientización al resto los médicos pediatras para que no pidan con carácter de urgencia estudios que no lo requieren”, dijo y agregó que “además hay que tener en cuenta que al Notti llega gente desde el Gran Mendoza, el Valle de Uco, San Juan, San Luis, entre otros”.
Villareal explicó que “esto es porque en el nosocomio infantil hay súper especialidades, como cardiología, neurología y oftalmología infantil y son pocos los profesionales que se dedican a esto”.
“Para intentar solucionar el problema se está capacitando a los profesionales de los Centros de Salud con el objetivo de que desde allí se descarten patologías. Aproximadamente de diez casos que llegan con solicitudes de urgencia solo uno lo es realmente y no tenemos la capacidad para atender a todos de manera urgente. Sin embargo, nadie se va del hospital sin ser atendido, pero lógicamente, por la demanda, hay que esperar”, sostuvo.
"Otra de las postura que ha tomado el hospital para intentar solucionar el problema -agregó el director ejecutivo - es que algunos servicios atiendan en el turno tarde y reafirmar horarios de profesionales"
“Estamos trabajando para que la gente venga en la mañana pida un turno y sea atendida en la tarde, sin embargo hay cuestiones que deben ser tratadas desde el ámbito ministerial”,agregó Villarreal y sostuvo que “el tema de sacar los turnos online está permanentemente en agenda”.
La odisea de Johana
Johana, la mujer que subió a Facebook las fotos, tiene un nene de 6 años con parálisis cerebral. La mañana del 26 de mayo fue a despertar a su hijo y lo notó pálido y con los labios grises.
Como tiene obra social, levó a su hijo al hospital Fleming. Allí lo estabilizaron y le pidieron con urgencia el estudio de un cardiólogo y de un neurólogo en el Notti.
“Esto fue el martes pasado y por la obra social me daban turno recién para hoy, no podía esperar. Por eso fui al Notti”, contó Johana.
Llegó al hospital a las diez de la noche y había gente desde las 18 esperando para sacar turnos al otro día a primera hora. Finalmente, el 27 sacó el turno y a su hijo le hicieron los estudios correspondientes.
Pero la odisea no terminó allí ya que al volver al Fleming con los estudios se enteró de que faltaba una planilla y esos trámites burocráticos “hicieron más pesado el dolor de tener un hijo enfermo”.
