El arte es sanador. Y bajo esa concepción es que los adolescentes con problemas de salud mental de la provincia cuentan con un espacio interdisciplinario para su tratamiento. El Cipau (Centro Integral Provincial de Atención en Urgencias del Adolescente) –dependiente de la Dirección de Salud Mental y Adicciones de la Provincia- nació hace algo más de tres años para tratar las crisis de los chicos de entre 14 y 18 años desde una mirada abarcativa, que involucrara diferentes áreas, desde lo estrictamente médico y psíquico hasta la cuestión social y emocional de cada paciente, ya no visto como "un caso" sino como "una persona".
Es en este trabajo mancomunado del equipo que coordinan los psicológicos Gustavo Moreno y Déborah Trovarelli que hace un año empezó a gestarse un proyecto artístico para sumar a la terapia habitual de los más de 50 pacientes que atienden diariamente, así como los 12 internados del lugar ubicado en Guaymallén y único en su tipo en toda la región.
"Este espacio fue el UIC (Unidad de Internación en Crisis), atendía las problemáticas de los adolescentes desde una perspectiva más psiquiátrica. La impronta que le quisimos dar como CIPAU fue la de empezar a trabajar con uno de los principios básicos de la Ley de Salud Mental, desde una cuestión interdisciplinaria. Fue todo un desafío lograrlo", detalla Trovarelli en una mesa de reunión que Los Andes interrumpió para ver cómo avanzaba la obra muralista llevada adelante por el artista Federico Calandria, bajo la supervisión del maestro Octavio Joaquín.
"En el marco de esta refuncionalización para un proceso integral en el tratamiento de salud mental en adolescentes aparece la propuesta de Gabriela Nafissi y ambas cuestiones se unen", aporta Gustavo Moreno. Refiere a "Curar-Creaciones e Invenciones", el noveno proyecto de Reencarnaciones: Experimentación artística que lleva adelante Naffisi en la bodega Monteviejo, y tiene que ver con la vinculación del arte y el psicoanálisis.
"Aquí me interesé por el concepto de curar, como curaduría del arte y como cura de una problemática mental. Eso quise articular, destacando que todos tenemos cosas incurables y que hay que buscar la forma de convivir con ellas", explica Nafissi sobre dos obras colectivas que jóvenes del CIPAU desarrollaron en las clases de Octavio Joaquín y que ahora lucen en la sala de arte de Monteviejo; además del debut público en el ciclo Wine Rock de Enzo Sosa (16), quien hace música con su boca como instrumento principal y que tras su paso por el CIPAU conoció al cantautor Sebastián Garay y ya grabó para su disco "Animalidad".
Mural
Pero esta trama de tejidos artísticos con la salud mental que comanda Nafissi -y que hace enlazar también la gestión pública con la privada- está dando más frutos.
Un mural reúne dibujos y pinturas de quienes han pasado por el CIPAU y que Calandria supo interpretar y llevar a una de las paredes exteriores del CIPAU.
"Busqué dar un mensaje positivo, transformador a esas manifestaciones de los chicos; y dejé un espacio para que ellos impriman allí su pincel", anticipa el artista.
La Secretaría de Cultura de Mendoza es la otra pata de este entramado, ya que se involucró para acercar una escultura del dibujante Tute que a fines de junio quedará expuesta en el parque de la institución. Lali Tinte plantea su desafío como representante de la Secretaría en este proyecto: "Estas articulaciones con lo privado y con diferentes áreas del Estado son muy necesarias. La idea es que esto sea una semilla que dispare hacia otros lugares, que no sea una acción aislada sino que continúe y siga creciendo".
"El trabajo en el CIPAU fue conmovedor para mí, superó las expectativas y ha disparado muchas cuestiones que seguirán generándose más allá de Reencarnaciones", expresa Nafissi, encargada del área de Arte y Cultura de Monteviejo.
En este sentido, Octavio Joaquín –a cargo de los talleres de arte plástico del CIPAU- aporta: "El arte genera un cambio de paradigma en el pensamiento de una persona, es una herramienta más desde lo terapéutico. Los chicos encuentran en la pintura o el dibujo una manera de expresarse. Y ahí es cuando empezamos a despegarnos de los estigmas y empezamos a ver a la persona, no al 'loquito'", sostiene quien ha desarrollado una larga carrera también en el arte-terapia. Y concluye: "El arte nos hace experimentar la sensación de otra forma de vivir. Para los adolescentes, esta experiencia es fundamental a la hora de buscar una salida a sus problemas".
Un modelo que se amplía
El CIPAU iniciará pronto las obras de un SUM (Salón de Usos Múltiples) para el Centro de Día. "Armamos programas con actividades artísticas y recreativas para que la internación no sea solamente un momento de encierro hasta que los síntomas desaparezcan. Creamos una guardia interdisciplinaria de salud mental para adolescentes que antes no existía en la provincia. Acá vienen el camión odontológico, de atención en salud sexual y reproductiva, del hospital Central para realizar estudios médicos que requiera el paciente", afirma uno de los coordinadores, Gustavo Moreno.
A lo que su colega, Déborah Trovarelli completa: "La internación debe ser lo más breve posible porque respetamos los derechos de los chicos, no podemos privarlos de la libertad. Tratamos de evitar que la internación se prolongue y se cronifique, este debe ser un lugar de paso para los jóvenes, que encuentren la salida en no más de un mes".
Para ello aplican un dispositivo de seguimiento de urgencias, para tratar al paciente hasta que la urgencia cede, continúa con terapia y así se evita que quede internado.
A los talleres de arte plástico de Octavio Joaquín se sumarán otros de música a cargo de Sebastián Garay y para la segunda mitad del año se ofrecerá danza a cargo del Ballet Contemporáneo de la Ciudad de Mendoza que dirigen Valentina y Lucía Fusari.