Miles de argentinos que habían viajado a diferentes puntos del planeta esperan ansiosos el regreso a su hogar en medio de la pandemia de coronavirus. Desde que comenzaron a cerrarse las fronteras y los aeropuertos, la vuelta a casa se ha convertido en una odisea.
Tal es el caso de José Gramaglia, un mendocino que viajó a Miami junto a su esposa y a sus dos hijos y que intenta llegar a Mendoza desde el miércoles de la semana pasada.
"Nosotros teníamos el vuelo de regreso para el miércoles pasado. Íbamos de Miami a Lima y de ahí directo a Mendoza pero Perú cerró las fronteras y el aeropuerto. Ese fue el primer vuelo que nos cancelaron", contó José a Los Andes.
Según explicó, el mayor problema fue la falta de celeridad que tuvo Latam para comunicar los cambios y las cancelaciones. "Nos reprogramaron el vuelo. Salíamos de Miami hacia Santiago de Chile y de allí a Mendoza. Pero en el camino el Gobierno suspendió los vuelos de cabotaje", dijo.
La empresa les volvió a cancelar el vuelo y ofreció una nueva alternativa. "De Miami a Santiago de Santiago a San Pablo y de allí a Mendoza. Lo aceptamos porque no teníamos más alternativas", dijo.
Sin embargo, cuando llegaron a San Pablo se con otro problema. Había cancelado el vuelo hacia Mendoza y así su familia pasó a formar parte de enorme grupo de argentinos que quedaron varados en esa ciudad de Brasil. "Nos ofrecen un vuelo a Ezeiza", contó.
Finalmente, el lunes a la seis de la mañana arribaron a suelo argentino pero todavía tenían un largo trecho hasta Mendoza.
"A las 14 llegaron varios colectivos y que iban hacia diferentes provincias en cuanto estacionaron, las personas comenzaron a agolparse contra las unidades y se generó un caos. Nosotros no pudimos subir que tuvimos que esperar hasta las 23, cuando llegaron más colectivos", recordó.
Tal como ocurrió con otros mendocinos repatriados, cuando llegaron a San Luis un control los estaba esperando. Allí tuvieron que descender de la unidad y completar un formulario por coronavirus.
Después de tres horas de espera arribó un patrullero y los escoltó para pasar por esa provincia y una vez afuera siguieron su viaje. Tras pasar por San Juan y después de casi cinco días de viaje habrán llegado a Mendoza.
“Entiendo que los vuelos de repatriación van a seguir y estos buses a las provincias también. Me parece importante que haya mayor organización en ese punto. Que tengan condiciones de sanidad las personas que están llegando, que tengan un espacio de contención y que puedan comprarse alimentos ”, dijo José en cuanto a su experiencia.
"Porque una vez que subís al micro quedas totalmente aislado. No podes bajar a comprar ni ir al baño y que pueda informar bien (...) Es como estar encerrado sin certezas sobre el horario de llegada o las horas de espera. Eso es lo que da más bronca y más angustia", cerró.