Se le hace más sencillo a Independiente Rivadavia jugar en condición de visitante que en el Bautista Gargantini. La Lepra tiene delanteros rápidos, importantes para salir en contragolpe lo que le ha hecho más sencillo el trabajo en encuentros donde no debe ser protagonista. En casa, donde debe mandar, los espacios se achican y los ‘rapiditos’ ya no le son de tanta utilidad, sufre los partidos y terminó cediendo puntos clave.
Independiente tiene una efectividad en condición de local que no llega al 50 por ciento (jugó 19 partidos y sólo se quedó con 28 unidades). “En este tramo final queremos terminar dejando una buena imagen sobre todo de local, donde nos está costando”, había admitido el propio Pablo Quinteros.
Sigue en deuda. Ayer ante Atlético Paraná el equipo volvió a estar lejos de lo que supo demostrar y ya parece haber caído en una meseta de la que debe salir urgente. No se pudo entrar al Reducido pero tampoco aún se logra sumar a los 50 puntos, objetivo que se puso a principio de temporada.
Hace cinco fechas que la Lepra no logra sumar de a tres puntos en casa: tres derrotas y dos empates. La última alegría en casa la tienen bien presente todos los simpatizantes: 4-2 ante Gimnasia en una tarde en que el equipo Azul jugó un primer tiempo soñado.
Juventud Unida de Gualeguaychú, el próximo domingo a las 16, será una nueva oportunidad de romper con el maleficio. Por la penúltima fecha, llegará a nuestra provincia All Boys en lo que será la última presentación en el Gargantini del equipo que conduce Pablo Quinteros. ¡No hay mal que dure cien años, Lepra..!