No hay caso. En casa le cuesta el doble. Rivadavia Básquet volvió a perder en condición de local y de esa manera perdió la chance de conseguir su quinta victoria consecutiva en lo que es su primera participación en la Liga Argentina (ex TNA).
Anoche, en un encuentro de trámite cambiante, el equipo de Minnelli perdió con Petrolero Argentino por 89 a 88 en suplementario, puntos que ahora deberá recuperar fuera de nuestro territorio para que el sueño de llegar a los play off sea posible.
Primer cuarto: Rivadavia no sintió el parate. Siguió en sintonía con los últimos cuatro juegos con los que cerró 2017. Fuerte en defensa individual, con cambios permanentes después de cada cortina ofensiva. Y en ataque mucha paciencia en cada decisión.
Corrió cuando lo tuvo que hacer y apostó al ataque fijo cuando el ritmo del juego lo ameritaba. Los primeros instantes fueron parejos. En tres minutos, el tanteador estaba igualado 7-7.
Sin embargo comenzó una seguidilla de robos por parte del Naranja y de defensas muy efectivas que llevaron al rival a tirar muy incómodo.
Cada recupero terminaba con un doble de Welton, imparable en la zona pintada. Convirtió 15 puntos en ese segmento. Pero cuando al pívot norteamericano lo atraparon entre dos rivales, descargó al perímetro y desde la la línea de 6,75, convirtieron Grenni, Álvarez y Mosconi, para ganar el parcial: 26-21.
Segundo cuarto: Reaccionó la visita. Con un parcial de 5-0 en un minuto de juego, igualó la historia. Minuto de Minelli y Rivadavia recuperó su agresividad defensiva. Palo por palo en este período. Con los ingresos de Llaver y Arancibia, el dueño de casa sumó atrevimiento, jerarquía y puntos. Por ambos lados, el goleo fue repartido. El más efectivo del Naranja fue Lazcano con 5 puntos (42-36).
Tercer cuarto: Durísimo. Petrolero Argentino, fiel a su estilo, presionó toda la cancha. Asfixiante. Con el ingreso del mendocino Rodrigo Lavezzari (jugadorazo), la visita ganó creatividad en ataque y fue determinante, ya que pasó al frente por primera vez en la noche.
Con la salida de Welton -contractura- se le hizo difícil la marca en la zona pintada al representativo mendocino. Pero volvió a mandar en el marcador con sacrificio. En ataque, apareció la efectividad de Mosconi y terminó el parcial arriba: 59-58.
Último cuarto: Rivadavia parecía reaccionar tarde en todo sentido. Tanto desde adentro del rectángulo de juego como desde las decisiones de sus propios jugadores. Ataques estacionados largos, estáticos, sin opción de pase y con lanzamientos incómodos sobre la chicharra de 24''. Por el lado de la visita, todo simple.
Apostó a la fuerza de Marchant en la zona pintada o a la potencia de Millenger, quien estuvo imparable. Cuando el atrape defensivo de Rivadavia se produjo, se destacó Cantarutti con dos triples excepcionales que parecían definir el juego. Pero el corazón de Rivadavia lo hace diferente.
A pesar de jugar mal, sus ganas lo llevaron a un tiempo suplementario. Perdía por 5, pero un doble de Mosconi, más un libre y posterior rebote ofensivo y un doble de Jones, igualaron el desarrollo: 81-81.
Tiempo extra. No era el juego de Rivadavia. Tuvo todo para ganarlo. Tres ataques para pasar al frente y falló. Desconcentraciones graves que se pagan caro. Eso sí, la actitud y las ganas sí son de otra categoría. A pensar en La Unión de Colón, de Entre Ríos.