El gobierno norcoreano presidido por Kim Jong-un calificó ayer de “declaración de guerra” a la decisión de Seúl de cerrar el complejo industrial conjunto de Kaesong, en territorio norcoreano, en represalia por el ensayo nuclear y el lanzamiento de un misil de largo alcance llevados a cabo por Pyongyang en las últimas semanas.
En un comunicado publicado por la agencia oficial norcoreana KCNA, el Comité por la Reunificación Pacífica de la Patria (CRPP) consideró que esta “medida provocativa” adoptada por la presidenta surcoreana, Park Geun Hye, a la que tilda de “traidora”, rompe “la última línea vital” entre los dos países y supone una “peligrosa declaración de guerra” que lleva a la península al borde de la contienda.
Pyongyang considera que los argumentos de Seúl para el cierre de Kaesong, cuya apertura se acordó hace una década en el marco de un tímido acercamiento entre los dos países, son un “pretexto” y obedecen en realidad a su “servilismo” hacia Estados Unidos.
En este sentido, tras considerar “un suicidio” el cierre de Kaesong y advertir que las “víctimas” serán las empresas y los ciudadanos surcoreanos, anunció que desde ayer se cerrarían todos los accesos a Kaesong y el complejo será declarado como “zona de control militar”.
Seúl tenía planeado retirar a sus ciudadanos poco a poco a lo largo de esta semana del complejo ubicado al suroeste de Corea del Norte, junto a la frontera con el Sur, según el Ministerio de Unificación, que cifró en 248 el número de surcoreanos que aún permanecían allí.
Sin embargo, además de anticiparse y expulsar a todos los surcoreanos que se encontraban en el lugar, el régimen norcoreano “congelará totalmente todos los bienes inclusive los equipos, los materiales y los productos de las empresas” presentes en Kaesong. Asimismo, se procederá a interrumpir la comunicación militar con Seúl y de enlace de Phanmunjom, dice un comunicado norcoreano,
Hasta ahora, 124 empresas surcoreanas, en su mayoría pymes, estaban presentes en este polígono industrial, inaugurado en 2004 y en el que trabajan más de 54.000 norcoreanos. Según la agencia surcoreana Yonhap, este complejo es la principal fuente de ingresos para Pyongyang, por lo que la suspensión de las actividades supondrá cortar su única fuente oficial de divisas.
Kaesong, símbolo de la reconciliación entre las dos Coreas de la pasada década, es un parque industrial en el que las empresas surcoreanas fabricaban diversos productos aprovechando la mano de obra de unos los trabajadores del Norte, que perciben salarios de unos 150 dólares al mes en promedio.
En abril de 2013, Pyongyang cerró el complejo durante unos cuatro meses, esgrimiento tensiones elevadas por unas maniobras entre Seúl y Washington. Cuando reanudó sus operaciones, las dos Coreas acordaron no volver a cerrarlo “bajo ninguna circunstancia”.
En este momento, el Consejo de Seguridad de la ONU, convocado por Corea del Sur, EEUU y Japón, mantiene un debate en curso sobre las sanciones a imponer a Corea del Norte, no solo por la supuesta prueba de misiles sino también por su cuarto ensayo nuclear llevado a cabo el pasado 6 de enero.
Los tres países exigen que se castigue cuanto antes y con la máxima dureza a Corea del Norte, mientras China y Rusia expresaron posiciones más moderadas, si bien han condenado ambas acciones de Pyongyang. Al margen de Kaesong, Corea del Sur, EEUU y Japón tomaron medidas para presionar y castigar a Corea del Norte por su lanzamiento espacial.