Agustín Garay, su hermano Gustavo y Kevin Badilla se encontraron ayer conque, después de los días de feriado, tenían nuevos compañeros. Es que en la escuela secundaria 4-073 Adolfo Bioy Casares, del barrio Infanta de Las Heras, había cinco primeros años y quedaron tres. También desapareció un tercero y un cuarto. Los docentes manifestaron su disconformidad por la pérdida de horas de trabajo y por el riesgo de que disminuya la calidad educativa. Desde la DGE sostienen que por cada división que se cierra, se abren dos en otros lugares.
Agustín Garay cuenta que recién se estaba adaptando y haciendo amigos, y ahora tendrá que empezar otra vez. Kevin Badilla añade que eran 17 chicos en un aula, mientras en el nuevo lugar, cuando les toca sentarse en una esquina, no ven bien el pizarrón. Y Gustavo Garay explica que de los cinco primeros años eliminaron el 1ro4ta y el 1ro5ta, y que de un aula arriba pasó a otra en planta baja, donde están apretados.
Edgardo Zenobi era profesor de Economía en las divisiones que se cerraron y si bien no está tan preocupado por su trabajo, ya que es titular y lo reasignarán, sí por el hecho de que disminuyó la matrícula en la escuela. "¿Dónde están los chicos que no están viniendo y qué se hace para intentar que vengan?", planteó el docente. Asimismo, añadió que esta reducción en primer año se notará en el futuro, en segundo y luego tercero.
En cambio, María Catalano, quien enseñaba Inglés pero como suplente, se mostró enojada porque le avisaron que perdía las horas el lunes pasado y la notificaron formalmente el miércoles, antes de que comenzara Semana Santa y el feriado. La joven agregó que le sorprende que hayan tomado la decisión ahora, ya que en la zona la matrícula se termina de completar en abril y además no es fija, ya que los chicos van y vienen.
Osvaldo Tramontana, quien también tenía una suplencia, manifestó que parece que la nula anticipación haya sido premeditada para que los docentes no pudieran organizarse y reclamar por sus fuentes de trabajo, ni la comunidad educativa por la unificación. Esto, porque no sólo hay más chicos en cada aula, sino que en algunos casos hay rivalidades entre los de distintas divisiones y ahora se los obliga a compartir un espacio.
Calidad educativa y atención
Un grupo de docentes y alumnos se reunió ayer al mediodía en la puerta del colegio secundario del barrio Infanta. Pero no sólo estuvieron los profesores que perdieron horas, sino otros que ofrecieron su apoyo. Uno de ellos era Héctor Ahumada, quien señaló que está en juego la calidad educativa, porque las aulas con menos alumnos les permiten enseñar de un modo más personalizado, algo que resulta muy importante en establecimientos urbano-marginales.
Juan Carlos Velasco, un docente más que se sumó aunque no pierde horas, indicó que en otras escuelas de la zona hay divisiones que superan los 30 alumnos, es decir están superpobladas, y consideró que desde la supervisión se debería haber derivado a esos chicos a la Bioy Casares en lugar de cerrar divisiones. De hecho, los profesores coincidieron que, con el cierre, en la misma escuela han quedado aulas con más de 25 estudiantes.
Carolina Defilippi, delegada por la agrupación Frente Índigo del SUTE, señaló que se rumorea que también sacarán una división en primer año y otra en segundo de la escuela César Casiva, del barrio 21 de junio (Las Heras). El argumento oficial, detalló, es el mismo, que tienen baja matrícula, pero la docente consideró que la intención del gobierno escolar es achicar gastos a través de pagar menos sueldos y superpoblar las aulas.
Movilidad del sistema
La directora de Educación Secundaria de la DGE, Mariana Gómez Centurión, indicó que la decisión se fundó en un relevamiento que comenzaron a hacer en febrero con los datos de la matrícula 2012 y la proyección 2013 en todas las escuelas de la provincia. En el caso de la Bioy Casares, la evaluación se hizo con la supervisora de la Sección 7 y la directora del establecimiento.
Así, encontraron que habían 74 alumnos para cinco divisiones de primer año, por lo que cerraron dos; cuatro aulas de tercero para 64 chicos (eliminaron una); y cuatro de cuarto año para un total de 66 alumnos, que ahora se distribuyeron en tres cursos. La funcionaria sostuvo que la decisión no se tomó para ahorrar dinero, sino porque la normativa establece que si hay menos de 20 estudiantes por división, se deben distribuir en otras y que ahora han quedado unos 25 alumnos por aula.
Gómez Centurión indicó que en 2013 se han cerrado 29 divisiones en toda la provincia, pero abierto 70. Agregó que esto responde a la normal movilidad del sistema y que suele ocurrir todos los años. Sobre la situación de los docentes, indicó que a los titulares se les ofrecerá otra escuela y si no aceptan, se les paga durante un año como máximo hasta que puedan reubicarse. En tanto los suplentes, planteó, están sujetos a que el titular regrese para tomar sus horas o que se cierre una división.
La directora de Educación Secundaria señaló que en algunos lugares -sobre todo en las escuelas rurales- la matrícula no se termina de definir hasta fines de abril, porque hay chicos que empiezan a ir a clases cuando termina la cosecha. Por eso, no descartó que se produzcan más cambios en los próximos días y reconoció que están analizando la situación en la César Casiva.
