Una vez más el ingreso a la facultad de Medicina de la UNCuyo generó decepciones y reclamos. Este año, lograron aprobar el examen sólo 95 jóvenes de los 1.960 que habían iniciado el proceso como aspirantes.
Ya no se trata de un problema de cupos -los cuales no se aplican desde 2013-, sino lisa y llanamente de que son muy pocos los que logran cumplir con la exigencia de aprobar con 60% las evaluaciones en tres áreas: Química, Matemática y Física.
Las competencias de base que traen del secundario se colocan otra vez en el ojo de la tormenta, una de cuyas patas más flojas son las ciencias exactas, según reconoció la secretaria académica de la UNCuyo, Adriana García.
Es que en la facultad de Agronomía se encuentran con la misma realidad así como ocurre en Ingeniería donde si bien se logra ingresar se dificulta la permanencia justamente por la falta de competencias al respecto.
Julia (18) hizo el intento en Medicina pero no lo logró, esto pese a que había ido a una academia para prepararse durante todo el año pasado mientras cursaba su último año en el colegio Martín Zapata de la UNCuyo. Además, esta misma institución ofrece un pre específico para Ciencias Básicas con las mismas materias del ingreso, a lo cual sumó el nivelatorio que ofrece la facultad que no es obligatorio.
“Pasé todo el verano estudiando” para rendir en febrero, contó, pero se encontró con un examen que para su punto de vista era mucho más exigente de lo que se había planteado en el nivelatorio.
Consideró que “desde el colegio se nota mucho la diferencia, te encontrás con algo muy complicado”. Agregó que también puede influir la falta de experiencia frente a los exámenes universitarios ya que adujo que muchos de los que lograron ingresar rindieron por segunda o tercera vez.
García señaló que el nivel de los ingresantes es cada vez más bajo. Recalcó que no se trata de una exigencia de la UNCuyo en particular, sino que una carrera universitaria requiere tener ciertas competencias que son las mismas que requiere la sociedad para el ejercicio de una profesión de manera adecuada.
Eso podría explicar en parte que este año hayan ingresado menos alumnos a Medicina que años anteriores. Se habla de que es el más bajo en 20 años ya que antes había un tope de 120 vacantes.
“Hablar de cupo era mala palabra; por eso, en 2013 se sugirió que ingresaran quienes aprobaran con 60% de los puntos; entonces en 2014 entraron 104, el segundo año entraron 140 y este año hubo exámenes del mismo nivel de exigencia que los años anteriores (e ingresaron 95)”, detalló el decano de Ciencias Médicas, Pedro Esteves. Y señaló que el ingreso a esta carrera ha sido históricamente exigente y que esto ocurre en todo el mundo.
Equilibrar la brecha
Aunque cada unidad académica tiene sus propios procedimientos, en toda la UNCuyo se cumplen ciertas etapas que apuntan a equilibrar el nivel.
El programa académico incluye para los aspirantes etapas de confrontación, ambientación y nivelación.
Es que las falencias en ciertas áreas (se habla siempre de las dificultades para interpretar consignas) repercuten no sólo en el ingreso. En algunas carreras logran ingresar, pero no mantenerse por la misma causa. Esto preocupa a la casa de altos estudios, tal cual señaló García; por eso, se trabaja en apuntalar también las trayectorias.
El decano comentó que en el caso de esa carrera en particular este año ya en la confrontación abandonó un número de aspirantes que les resultó llamativo. Esto incluye asistir a clases y talleres, charlas de médicos o enfermeros y presentar trabajos mínimos, según especificó.
Allí hubo una baja de 40% del total de 1.960 que se había inscripto. “Además 600 alumnos no vinieron ni al primer examen”, comentó. Las causas que pueden conjeturarse sobre esta decisión pueden ser que optaron por otra universidad, que se decidieron por otra carrera o que les pareció demasiada la exigencia, por mencionar algunas.
Consideró que pueden ser varias las causas de tantos desaprobados, además de los contenidos del secundario.
“Someterse a un examen así es muy costoso para buena parte de los adolescentes porque implica un gran esfuerzo muy contracorriente con la ley del menor esfuerzo que se instala cada vez más aun en los adultos”, señaló.
Pero además supuso que la modificación de la ley de Educación Superior (ver aparte) que propuso ingreso irrestricto puede haber llevado a muchos a suponer que no habría examen de ingreso.
Como contrapartida, la trayectoria académica de quienes ingresan es muy buena: 92% se recibe en el tiempo de duración real, muy lejos de lo ocurre en otras carreras.
Ingreso irrestricto sin presupuesto
En octubre del año pasado, el Congreso sancionó una modificatoria de la ley de Educación Superior por la cual se prohíben los exámenes de ingreso en las universidades públicas. Esta apertura al ingreso irrestricto fue cuestionada por las casas de altos estudios por considerarla inaplicable, en tanto no fue acompañada de un soporte presupuestario para lograr la adaptación.
Esto fue lo que señalaron los referentes de la UNCuyo para avalar la decisión de continuar con los exámenes.
Según manifestaron se requiere infraestructura, espacios y recursos tanto físicos como humanos para dar respuesta a un alumnado que se incrementaría notoriamente.
En el caso de Medicina, por ejemplo se pasaría de los 120 en promedio que ingresan a unos 1.000. El decano, Pedro Esteves, señaló que no hay suficientes laboratorios, microscopios, cadáveres ni pacientes dispuestos a colaborar.
Por otra parte, dijo que esta Universidad debe garantizar calidad académica ya que tiene certificaciones nacionales e internacionales . El cupo para residencias también es limitado en los hospitales: hay 209 plazas.
La secretaria académica de la UNCuyo, Adriana García, destacó que la institución siempre ha cumplido con las normas, pero en este caso es imposible. Por eso, el Consejo Superior analizará la situación para estudiar cómo adaptarse.