La película "Her" (2013) nos confronta como una especie sumida en los dispositivos que, en lugar de conectarnos entre las personas, nos aíslan de los demás en pos de una "relación" virtual. Pasan los años y el filme de Spike Jonze deja de ser tan distópico como parece, en vista de la tecnología que funciona como extensión del cuerpo humano.
Se trata de los wearables, herramientas electrónicas incorporadas a la vestimenta o, simplemente, accesorios que se conectan a una red para facilitar desde la lectura de notificaciones hasta los latidos del corazón. No es un concepto relativamente novedoso. De hecho, la capa invisible de Harry Potter es técnicamente un wearable.
Más allá de los relojes inteligentes, los wearables todavía representan una industria más de nicho, especialmente, por cuestiones de costos. Y si bien nos los quieren vender como algo revolucionario, los chinos, en la época de la dinastía Ming (siglo XVII), crearon un ábaco en miniatura para realizar cálculos desde la comodidad de un anillo, mientras que Edward O. Thorp - "el Einstein del blackjack"- y su amigo Claude Shannon idearon en los '60 varios dispositivos que escondían entre su ropa para descifrar, por ejemplo, los números en la ruleta de acuerdo a los sonidos.
Los wearables de la actualidad distan bastante del ingenio de los casos anteriores, pero no dejan de ser opciones interesantes para los curiosos del adictivo universo de la tecnología. Quién sabe qué nos deparará en pocos años.
Aire fresco en tu remera
Sony creó el Reon Pocket, un aire acondicionado portátil que se coloca en un bolsillo oculto de una remera para refrescar el cuerpo en época de pieles pegajosas. El dispositivo se maneja desde el smartphone vía Bluetooth previa descarga de la app correspondiente, la que permite regular la temperatura según tus necesidades. El sistema termoeléctrico puede bajar unos 13 grados en días de mucho calor o incrementar la temperatura unos 8 grados en inviernos muy fríos.
La batería le asegura 24 horas ininterrumpidas de funcionamientos, pero habrá que hacerse de paciencia: saldrá en el mercado japonés en marzo de 2020 a cambio de 175 dólares.
La campera Bond
Mientras esperamos por los gadgets de la próxima Bond, Google y Levi's se unieron para el Project Jaquard, que permite controlar el celular desde la campera con gestos táctiles. La "magia" está en los puños, que permiten captar nuestras señales, ya sea para que el sistema nos lea un mensaje de WhatsApp en voz alta o nos indique el camino vía Maps. ¿Presupuesto? 350 dólares.
Zapatillas con joroba
Ay, esta nostalgia ochentosa no se quita... Puma relanzó las zapatillas RS Computers, aquel modelo de 1986 en clave "Volver al futuro" que incorporó un chip para determinar la distancia recorrida y las calorías bajadas. El público se renueva, dice la Chiqui, y la textil puso a la venta unas RS con funciones similares pero actualizadas para conectarse a los chiches del smartphone del usuario. El diseño se lo llevaron a marzo.
Los lentes de Google
Los Google Glass son el ejemplo claro de que los wearables están más cerca de lo 'freak' que lo práctico. El proyecto de realidad aumentada se vino abajo debido a las masivas quejas por la invasión a la privacidad y la inseguridad. Y razones no les faltan: se puede filmar absolutamente todo sin la utilización de las manos y fijar la atención en las notificaciones que aparecen en estos Ray-Ban inteligentes antes que en el semáforo.
En consecuencia, Google decidió restringir la venta a empresas pero no dejó de ser un producto exitoso. Recientemente, lanzó la tercera generación con mejoras en la cámara, puerto USB-C de carga rápida, una batería más longeva y un procesador Snapdragon XR1 de Qualcomm. Véase también "Kingsman: el servicio secreto" (2014).
¡Cuidado, bebé suelto!
Owlet Smart Sock es una media que permite seguir el ritmo cardíaco, los niveles de oxígeno y el sueño de los bebés. Se conecta inalámbricamente a una base y a los teléfonos emitiendo luces, sonidos y notificaciones de acuerdo con lo que ocurra con los pequeños de la casa.