Según precisa el licenciado Germán Gregorio Morassutti, psicólogo y sexólogo, integrante del equipo del Consultorio de Salud Sexual, del Hospital Central: “en realidad el cibersexo, es una de las prácticas sexuales más frecuentes que se pueden ver, en donde obviamente no existe el contacto físico real, y en donde determinados sentidos aparecen más desarrollados que otros, como en el caso de la vista. La imaginación está muy presente y los encuentros virtuales están a disposición de manera sencilla”.
- ¿Qué genera la mayor adhesión a esta tendencia?
- La poca tolerancia a la frustración, la imaginación como base propulsora, y el hecho de que el sujeto no tiene que encontrarse con cosas que no le agradarían de un otro o exponerse a sus propios miedos.
- ¿Juega la idealización propia y ajena también como motivo?
- Hay como un nivel muy grande de idealización en estos juegos, ya que la imagen que ese otro arma desde la pantalla, es creada y en realidad no tiene nada que ver con el contacto real que se tendría con la persona cara a cara.
- ¿Son iguales de satisfactorias estos tipos de prácticas, que las que se tienen convencionalmente con la persona al lado?
- Podemos catalogarlas como un estilo de relación entre las personas en donde entra la fantasía como base. Generalmente involucra sólo la masturbación, si estuviéramos hablando concretamente de prácticas sexuales.
- ¿Qué genera en el individuo?
- Sirve para crear lazos emocionales. Muchas parejas se han armado, y se han mantenido durante años, gracias a este tipo de práctica. De hecho, sirven mucho para aquellas duplas que mantienen distancias por diferentes motivos (laborales, o geográficos).
Les suma para poder mantener la intimidad de la pareja, para que de esa manera no se diluya ni pierda.
También resultan positivas para las personas solas, ya que este tipo de contactos, al no implicar un nivel alto de compromiso, no involucra al sujeto que no desea tenerlas.
- ¿Qué diferencia existe respecto a la masturbación?
- Sería algo intermedio entre la relación sexual y la masturbación, en donde hay un otro involucrado, viabilizado desde la fantasía y la imaginación; que suman. En muchos aspectos esto se confunde con infidelidad...
- ¿Por qué?
- Porque, por ejemplo, si una persona tiene una pareja estable que realiza además estas práticas virtuales puede (o no) considerarla como infidelidad.
En este plano de fantasía, si no hay una persona real desde el otro lado, se trata solamente masturbación y sexualidad individual.
- ¿De qué depende que sea o no una infidelidad tener estos contactos virtuales estando en pareja?
- Todo depende de los códigos de fidelidad que maneja la pareja... No podemos determinar si lo es o no, porque dependerá de cada dupla, no de un juicio de valor de nadie.
Pertenece al plano de la fantasía, ya que no hay cuerpos involugrados piel a piel, pero dependerá de cada pareja como se lea.
- ¿Qué pro y contras podés observar que genera este contacto íntimo desde lo virtual?
- Como ventaja es real que sostiene la intimidad de la pareja, aunque la misma esté mediada por muchos tipos de distancia. Esto funciona para aquellos que por diferentes motivos deben estar alejados.
Eso sí, hay un doble juego en todo esto con el que hay que tener cuidado, ya que este tipo de plataforma puede generar que haya veces en que no se respeten ciertos códigos de intimidad. Pensemos en un otro sin escrúpulos, que pueda llegar a exponer con otras personas lo que se hizo entre dos.
Otros riesgos tienen que ver también con la edades de las personas que están del otro lado de la pantalla. A este tipo de sistema accede cualquier tipo de persona con diferentes grado de desarrollo en su sexualidad, por ello es importante el cuidado.
Si se trata de menores, hay que hablar con ellos como padres, informarlos de los peligros y estar pendientes de ellos para evitar caer en cualquier tipo de trampa.
