En 1989, Christophe Krywonis llegaba a la Argentina, más precisamente a Mendoza, sin hablar una palabra de español. Con la propuesta de trabajar en el restaurante de Francis Mallmann en Las Leñas, el francés dejó su país para iniciar un camino que lo llevó a convertirse en uno de los cocineros más famoso por estas tierras.
En su Francia natal vivió en Blois, Marsella y París, y ante de dedicarse a su gran pasión fue marinero y bombero. Aquí llegó a tener su propio local gastronómico y saltó a la popularidad con sus participaciones en MasterChef, Pesadilla de la cocina, Familias Frente a Frente y Bake Off.
Sus años de estadía en nuestro país le llevaron a vivir en carne propia la crisis del 2001 y todos los vaivenes del último tiempo. Esta crisis no los sorprende, pero sí lo "tiene cansado".
Durante las grabaciones del programa que busca al gran pastelero de nuestro país, que conduce Paula Chaves y se verá en 2020 por la pantalla de Telefé, el cocinero habló con Teleshow y se refirió a la crisis actual: "¿Puedo decirlo con toda la crudeza del mundo? Tengo las pelotas por el piso. A ver… Estoy contento de trabajar pero pago mis impuestos como todos y me queda nada… Este año hice un viaje a Miami y nada más, después todo se va en mi familia, la salud y la educación. Estoy un poco cansado. Me gustaría trabajar y que la plata que gano valiera algo".
Pese a trabajar en un programa de televisión, el francés aseguró que prefiere mirar películas ya sea por internet o en el cine y que sólo ve el programa de noticias de Cristina Pérez y Rodolfo Barili, que son sus amigos. "Me afecta mucho todo lo que pasa en los informativos, por eso me alejo un poco de la realidad cruda. Es un poco violenta".
El chef también se refirió a cómo fue su llegada a Argentina, su operación y baja de peso y de su familia.
"Hace 42 kilos grabé la primera temporada de Bake Off, ahora estoy en 99. Dejé atrás buena parte de mi sobrepeso", afirmó sobre el rotundo cambio de comida y manifestó que no es un problema ser parte de un programa de comida para su cambio de hábitos.
Además habló de sus hijas y sus nietos: "Me considero mejor abuelo que papá. Creo que a través de mis nietos veo la educación que les di a mis hijas y es como una admiración muy grande y un amor incondicional que tengo por sus chicos, que no tiene filtro".