Es una tarde agradable en los estudios de Universal City, en California. El actor Chris Pratt en plena promoción de “Mundo Jurásico” -la película que protagoniza y que se estrena hoy aquí y en todo el país- entretiene a un grupo de periodistas con un cuento sobre caza de alces cuando, de repente, una ráfaga de viento derrumba abruptamente una enorme planta ficticia y un parlante igualmente grande que se desploman muy cerca de donde están los reporteros.
Hay gritos y resuellos pero todos permanecen en sus asientos. Todos menos Chris Pratt, que sale corriendo con expresión seria, listo para ayudar como pueda.
No hubo mucho que hacer en este caso. La planta y el altoparlante no cayeron sobre ningún reportero. Pero al actor no le falló el instinto.
El perenne secuaz bobo convertido en actor principal no es sólo un héroe de la pantalla. Al parecer también tiene muy buenas cualidades en la vida real.
“Así es él. Se hace responsable del bienestar de todos quienes lo rodean”, dijo la actriz Bryce Dallas Howard, quien coprotagoniza esta cuarta película de la saga que llega ahora bajo la dirección de Colin Trevorrow.
En el set de rodaje las cosas no fueron distintas, según comenta el director.
“Chris es mucho más gracioso y encantador cuanto más difícil es la situación. Verdaderamente quiere que todo el mundo la pase bien y se sienta cómodo”, dijo Trevorrow.
Aún después de chocar su motocicleta en el set de “Mundo Jurásico”, Pratt insistió en asegurarle al elenco y al equipo de rodaje que el show debía continuar.
“Eso sí me sacudió”, recordó el actor en una entrevista. Fuera de cámara, la moto se trancó cuando frenó sobre un poco de lodo y el actor salió disparado y voló unos seis metros.
“Inmediatamente me rodearon todos”, relató. “Cuando estás en una película y hay tanto dinero involucrado, que se lesione la estrella es algo muy serio. Yo les dije: ‘Miren chicos, tienen que relajarse un momento. Yo no sé si estoy bien. ¿Cómo podría saberlo? Denme un día y les digo. Ahora parece que estoy bien”.
Prueba de fuego
Bryce Dallas Howard, por su parte, como actriz y como hija del cineasta Ron Howard, se ha codeado con los nombres más grandes de la industria toda su vida y no le gusta la sobreutilizada y subestimada etiqueta “estrella de cine”. Prefiere términos como “reconocible” o “reconocido” y cree que quizás no han existido más que 15 verdaderas estrellas en la historia del séptimo arte.
Pratt, sin embargo, clasifica como una, según ella.
Hace unos años las cosas eran muy distintas para él. Tenía un trabajo estable como el afable Andy Dwyer en la serie “Parks and Recreation” y aparecía en una que otra película, pero usualmente como el compinche bobo del protagonista.
Todo cambió en 2014. Con papeles protagónicos tanto en “La gran aventura Lego” (donde fue la voz del muñeco protagonista Emmet Brikowski) pero especialmente en la adaptación al cine de la poco conocida historieta de Marvel “Los guardianes de la galaxia”, donde Pratt tuvo su prueba de fuego al interpretar al líder Peter Quill y demostró que podía llevar el peso de una película sobre sus hombros.
La respuesta del público fue también inequívocamente positiva. “Guardianes de la galaxia” fue la tercera película más taquillera del año y “La gran aventura Lego” la quinta. Ambas, por supuesto, tendrán secuelas. “Guardianes 2” llegará en 2017 y “Lego” sumará tres películas en 2016, 2017 y 2018.
Ahora Pratt enfrenta otra gran prueba con “Mundo Jurásico”, la cuarta entrega de la saga que Steven Spielberg lanzó en 1993 con “Jurassic Park” y que siguió en 1997 con “El mundo perdido: Jurassic Park”, también dirigida por Spielberg, y en 2001 con “Jurassic Park III” que dirigió Joe Johnston.
Nace el Indominus Rex
En “Mundo Jurásico” Pratt encarna a Owen Grady, un ex militar convertido en entrenador de velocirraptores y que ha desarrollado una especial relación con ellos. El parque de diversiones que se gestaba en la primera película está ahora en pleno funcionamiento pero la cantidad de visitantes ha decaído notablemente.
Es por eso que sus funcionarios deciden crear una especie nueva de dinosaurio, genéticamente modificada y más agresiva e inteligente, para que se sume a las anteriores. Surge así el Indominux Rex, un espécimen que terminará convirtiendo al parque en un verdadero caos y cuyas secuencias de persecuciones constituyen el centro de “Mundo Jurásico”.
Si Peter Quill, el personaje de Chris Pratt en “Guardianes de la galaxia”, podía compararse con el Han Solo de “La guerra de las galaxias”, el Owen Grady de “Mundo Jurásico” es una especie de Indiana Jones, aunque un poco más serio, menos libertino y definitivamente nada tonto. Será el único que podrá mantener a raya a los desaforados raptores que terminan adueñándose del parque temático.
Dallas Howard, por su lado, encarna a una supervisora del parque que recibe la visita de sus dos sobrinos -de 16 y 11 años- tras el proceso de divorcio que atraviesa su hermana. Los chicos, por supuesto, se sumarán a las potenciales víctimas que visitan este “Mundo jurásico” ajenas al peligro que se avecina.
El poder de la fama
Mientras indaga en proyectos de más alto perfil, Pratt se preocupa por hacer películas que no sólo “apunten al centro”. También quiere que el público sienta realmente que el beneficio económico no es el único objetivo o el más importante de un film, aunque se trate de una superproducción millonaria. Y él, como actor, es consciente de que no puede adjudicarse el éxito de una película por sí solo.
Sabe que la fama y el estrellato pueden ser efímeras y a Pratt le gusta mantener las cosas simples. Recientemente publicó una graciosa “disculpa” en su página de Facebook “por cualquier cosa inadecuada que pueda terminar diciendo durante la gira de prensa de ‘Mundo Jurásico’”.
Estaba consciente de los varios “escándalos” que generaron las entrevistas recientes con los elencos de “Los vengadores” y otros films por el estilo.
También “tomó prestado” el vestuario que utiliza su personaje de Owen en “Mundo Jurásico” y le dijo a Howard que le gustaría usarlo para visitar a niños en hospitales.
La fama trae consigo algunos inconvenientes pero Pratt, que está casado con la actriz Anna Faris hace seis años y tienen un hijo de dos, lo sabía de entrada.
“No me gusta la fama cuando interfiere en mi vida privada o cuando disminuye mi espacio personal pero, por otro lado, creo que la fama también te permite integrar una pequeña lista de privilegiados que tienen acceso a cineastas y materiales increíbles”, asegura Pratt. “Sólo espero no encontrarme nunca quejándome de eso”.