A menudo, nadie se percata de su existencia. Ni siquiera pedir un mínimo saludo. Y no se trata de juzgar el accionar de cada uno, por supuesto, porque no todos pueden contar una linda anécdota con alguno. Sin embargo, en las últimas horas, un colectivero mendocino se hizo popular en las redes sociales por un gesto que tuvo con un tupungatino que olvidó un bolso con $ 11.000 en el micro.
Se trata de Alejandro Ormeño (51), papá de cinco hijos, quien este jueves por la mañana inició uno de sus tantos viajes desde Tupungato a la Ciudad de Mendoza. Se trata de un recorrido que conoce tanto como las líneas de su mano, ya que de lunes a viernes está dedicado a cumplir con sus horarios.
Apenas tiene un descanso al llegar a la Terminal, que suele emplear para el almuerzo aunque, en la mayoría de los casos, termina destinando para llevar al colectivo al taller, cargar combustible y mantenerlo en condiciones antes que otro grupo de tupungatinos regrese a casa tras una larga jornada de trabajo (o de engorrosos trámites).
Este jueves por la mañana, su rutina, tan aburrida como predecible, fue motivada por un insólito episodio, de esos que ocurren cada vez que tiembla en Buenos Aires, por dimensionarlo de alguna manera. Al revisar el colectivo, Alejandro halló una sorpresa. Pero no de esas desagradables e incómodas dejadas por algún pasajero egoísta, sino con una riñonera que tenía $ 11.200 en efectivo en su interior.
"Después de cargar combustible, fui al taller y revisé cada asiento del micro. Es una costumbre. Pero es necesario hacerla porque los pasajeros luego suben y agarran lo que encuentran", reconoció Alejandro, en una charla con Los Andes que lo sorprendió pocos minutos antes de arrancar otro turno como chofer.
A Alejandro nunca se le cruzó por la mente dejarse el efectivo, pese a que por momentos ni los ajustes a los gastos familiares son suficientes para llegar a fin de mes, más tratándose que sus hijos están en edad escolar. "Un hombre volvió al andén de la Terminal para avisar que perdió una riñonera. Lo vi, lo reconocí y se la entregué. Se fue muy contento", recordó el colectivero.
"Él quiso recompensarme, pero no lo acepté. Ni tampoco pregunté para qué era, porque cada uno tiene sus necesidades", indicó el chofer tupungatino.
“Trabajo hace 14 años. No llegás a tener amistad con todos los pasajeros, pero me ubican como ‘El Ale’”, dijo la ahora estrella en Facebook. Es que una tupungatina no quiso dejar al olvido la anécdota del chofer, contó su historia en las redes y le sacó unas fotografías para sentar precedente. A continuación, cientos de likes y comentarios de felicitaciones invadieron el posteo.
A modo de perlita, Alejandro señaló que sus hijos se enteraron de su gesto por las redes sociales, lo que derivó en un cálido recibimiento en casa ayer por la tarde. En lo que queda del viernes, el colectivero espera cruzarse con el hombre al que el destino lo puso en su camino y que, de no haber intervenido ejemplarmente, la historia sería otra y la sección de policiales tendría otro indignante episodio más que contar.