Chocobar, ni héroe ni villano, víctima - Por Arturo Lafalla

Chocobar, ni héroe ni villano, víctima - Por Arturo Lafalla
Chocobar, ni héroe ni villano, víctima - Por Arturo Lafalla

El tema nos conmueve profundamente, alguna reflexión al respecto.

Las víctimas

En el desgraciado y trágico episodio ha habido tres víctimas, el turista herido de gravedad, el joven muerto y el policía.

El primero, turista atacado violentamente con riesgo para su vida para robarle nada, una atrocidad de esta violencia sin sentido que nos asusta con razón.

El segundo, detectado in fraganti como partícipe principal en ese acto de absurda y loca violencia, el que al huir del lugar del hecho es abatido por el policía quien le dispara por la espalda. Víctima porque perdió la vida y en la Argentina no hay pena de muerte.

El tercero, el policía, quien camino a su trabajo es sorprendido por ese hecho de violencia y que con el arma en la mano y corriendo, en un instante debe resolver qué hacer y decide disparar, y los disparos matan al que huía. A partir de ahí su vida personal y profesional totalmente convulsionada y con un futuro incierto, ¿condecorado o condenado? Víctima por esa incertidumbre que hoy padece.

Cómo calificar a los actores de este drama

El trágico incidente plantea dos grandes temas. En primer lugar, sobre la calificación de la conducta de los actores, desde el punto de vista social y legal. En segundo lugar, cuáles son los límites dentro de los cuales la Policía debe ejercer el uso de las armas que legítimamente porta frente a hechos como el que nos conmueve.

La calificación de los actores. El turista, sin duda, víctima inocente.

El abatido, inocente no, había cometido un grave y absurdo delito sobre una persona que de ninguna manera lo había provocado. Resulta impensable que si Chocobar lo hubiera capturado vivo la Justicia no le hubiera aplicado una severa pena de varios años de cárcel. Era muy joven, con su conducta mostró que era peligroso, capaz de casi matar para robar nada. Pienso que, más allá de la severidad de la pena -siempre, insisto, cárcel, no pena de muerte-, debe provocarnos por lo menos la reflexión de cómo llegó ahí, qué pasó en su entorno, en su familia (si la tuvo); en fin, dado que no es el único caso, hay lamentablemente muchos que actúan como este chico, por lo que estamos ante un problema social grave que merece, necesita, con urgencia que nos ocupemos de él para intentar que no se repita. En síntesis, autor de un delito gravísimo que merece la más severa de las penas de nuestro sistema legal, sí. Delincuente, lacra social que merece ser abatido sin juicio previo, me parece mucho, por no decir injusto, ilegal. A los 19 años nadie es ya algo definido, es en todo caso un joven que se equivocó mucho, pero seguramente merecía otra oportunidad. Pensemos en cuantos jóvenes de esa edad, incluyendo conocidos y próximos a nosotros, fueron capaces de salir de la droga, de la violencia, de la vagancia y hoy no son ni delincuentes ni lacra.

El policía Chocobar, pobre hombre, y lo digo de verdad y con énfasis, también un joven con poca formación, con un arma en la mano, al que le exigimos todo y no le damos nada, ni siquiera confianza y consideración social, ni hablemos de salario, y luego pretendemos que en un momento de extremo estrés decida con la sabiduría de un profesional experimentado qué hacer, y de ahí a héroe o villano. No tiene ninguna lógica ni seriedad proceder de esta forma. Lo que tenemos que revisar profundamente es la formación, la consideración social y retribución que damos a nuestros policías.

Héroe es aquel que arriesga su vida por defender la de otros, y no fue este el caso. Es cierto que los policías corren un riesgo extraño al hombre común en su actividad cotidiana, y por eso merecen reconocimiento. Pero Chocobar no tuvo ninguna actitud heroica ni mucho menos, le disparó por la espalda a un joven que huía luego de cometer un grave delito. Por eso me asusta que lo convirtamos en héroe, porque ello implica que aprobamos que un policía puede decidir sobre la vida o la muerte del que en ese preciso momento no representa un peligro (corría de espaldas al policía) con el argumento de que es peligroso. Es cierto, el joven que huía había demostrado ser muy peligroso, pero a nadie en su sano juicio se le puede ocurrir que eso da derecho a que un policía lo mate a tiros por la espalda. Ninguna legislación del mundo propone esto.

El uso del arma por la policía

Por fin, y lo más complejo, cómo debe actuar la Policía en el uso de las armas que porta legítimamente. El uso debe ser restrictivo, el último recurso a utilizar, y sólo cuando no hay otra alternativa. Esto requiere, como dije, mucha formación, un entrenamiento psicológico y físico muy alto para que la reacción lógica de responder con violencia a la violencia la puedan administrar de forma tal que anule aquella con la menor fuerza posible.

Es un tema complejo y muy difícil de resolver, hay en muchos casos concretos una delgada línea entre el accionar legítimo y el ilegítimo, y esto se agrava muchísimo cuando de por medio está la vida de alguien, aunque sea de alguien que delinque. Casi todas las policías del mundo conviven con este problema.

Cómo debatimos este  grave y complejo tema

Por eso me parece preocupante que ante este dramático y complejo hecho, con la liviandad que nos caracteriza, hagamos simplificaciones rimbombantes (incluido el Poder Ejecutivo Nacional) para atizar nuestra pasión por la grieta, y lleguen algunos a decir que los derechos humanos son para los humanos derechos, los que diariamente hacen la Patria, que quieren vivir en paz y tranquilidad. Que los pueblos se nutren, crecen, desarrollan y progresan merced a hombres de bien, que trabajan decentemente, fundan familias basadas en altos valores y educan con ejemplos. Lo demás es lacra, que enferma y mata a la sociedad en su conjunto.

A quién se le tira porque es peligroso y quién lo resuelve

Me pregunto, ¿quién resuelve quién es lacra y quién hombre de bien? ¿Quién resuelve que alguien es un humano derecho y quién no? ¿Cuando aplaudimos al pobre Chocobar y afirmamos que ese es el método para terminar con la lacra que nos carcome eso incluye también a los delincuentes de "guante blanco" o solo a los "negritos" que con loca violencia le roban la cartera a la dama o la billetera a los caballeros? ¿Quién resuelve cuándo tirar y a quién tirar? ¿Los Chocobar que supimos conseguir?

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