A mediados del siglo XVI, los españoles que fundaron Santa Cruz de la Sierra llamaron “chiquitos” a los aborígenes de la zona, porque sus viviendas tenían puertas pequeñas. En realidad eran así para mantener la temperatura en el interior. Hoy, Chiquitos es una provincia de Bolivia ubicada al centro del departamento de Santa Cruz (a la inversa de Mendoza, donde los departamentos conforman la provincia). Su capital es San José de Chiquitos.
Cuenta la historia que hacia 1587 llegó a esas tierras la Compañía de Jesús, y a mediados del 1600 los portugueses cruzaron el río Paraguay para capturar a los nativos y llevarlos como esclavos a Brasil. Estos eran mansos, a diferencia de sus retobados vecinos guaraníes. Años más tarde y para evitar el expolio, -a partir de 1691- los jesuitas fundaron diez misiones y, pese a su expulsión en 1767, las costumbres, enseñanzas, templos y música -principal herramienta evangelizadora por allí- se conservaron intactos a lo largo de los siglos.
La vistosa arquitectura es obra del sacerdote, músico y arquitecto suizo Martín Schmidt. Sus iglesias con columnas de madera tallada y altares bañados en oro son un legado sin igual en Sudamérica, ya que estas misiones fueron las únicas en no ser destruidas tras la expulsión jesuitica. Lo interesante es que allí, los lugareños siguen oyendo misa y disfrutando de la música barroca tal como lo hacían entonces.
Música barroca de toque andino
En 1990, seis templos chiquitanos y su gente fueron inscriptos en el Patrimonio Cultural de la Humanidad como “pueblos vivos”, ya que aún conservan su bella arquitectura religiosa, tradiciones, vestimentas, fiestas, así como la fabricación de instrumentos como se hacía siglos atrás.
Por aquellos días, durante el proceso de restauración, el arquitecto Hans Roth descubrió una gran riqueza musical en viejos cajones: entre 5.500 y 7.000 partituras de música sacra (en Chiquitos y Moxos, respectivamente) escritas entre los siglos XVII y XVIII por músicos europeos y nativos. Un tesoro actualmente clasificado, digitalizado y conservado en el Archivo de Concepción por el sacerdote polaco Piotr Nawrot. Estas partituras fueron interpretadas cotidianamente por los músicos nativos hasta mediados del siglo XIX.
Con esta herencia viva, en 1996 nace el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana "Misiones de Chiquitos", que convoca a grupos de todo el mundo para difundir la "música antigua americana" de los siglos XVII al XIX. El evento se celebra cada dos años, entre abril y mayo, en los templos misionales, convocando a decenas de grupos de varios países y presentando más de 120 conciertos, la mayoría gratuitos. Forma parte de los festivales musicales más importantes del mundo.
La mirada de Mario Vargas Llosa
El célebre autor señaló que las melodías y composiciones que contenían aquellas partituras venidas del fondo de los siglos se escuchan ahora en todas las aldeas de la región, interpretadas por orquestas y coros de niños, jóvenes y adultos que las tocan y entonan con la misma desenvoltura con que bailan sus danzas ancestrales, añadiéndoles una convicción y una alegría emocionantes.
Creyentes o agnósticos sienten un extraño e intenso cosquilleo en el cuerpo cuando, en las estrelladas y cálidas noches de la selva cruceña, donde todavía quedan jaguares, pumas, caimanes y serpientes, advierten que Vivaldi, Corelli, Bach, Tchaikovsky, además de italianos, alemanes o rusos, también son chiquitanos, pues las grandes creaciones artísticas no tienen nacionalidad, pertenecen a quien la ama, las adopta y expresa a través de ellas sus sufrimientos, anhelos y alegrías. Varios de estos jóvenes han obtenido becas y estudian ahora en Buenos Aires, Madrid, París, Viena, Berlín.
El circuito misional
San Javier (1691). Iglesia jesuitica, museo misional y escuela de música. Primera misión fundada. A su lado se encuentra la llamada Piedra de los Apóstoles, donde antes de la llegada de los españoles se adoraba al dios Piyo (avestruz) que los jesuitas respetaron y en cuyo honor siguen teniendo lugar antiguos rituales en donde los gorros de las danzantes llevan la figura del ave. La música que las acompaña es muy dulce, con pífanos, tamboreta y flauta.
A 66 kilómetros se sitúa Concepción (1709/1711). Su museo es el más completo -con piezas del siglo XVIII- y su templo fue declarado Monumento Nacional en 1950 antes de ser Patrimonio de la Humanidad, destacando el uso del dorado y la policromía. Su patio cobija el archivo musical con partituras escritas en época de la conquista. Al lado, en la Casa de España, se encuentra un museo Antropológico con objetos de la cultura chiquitana.
San Rafael (1695) es el segundo pueblo fundado por los jesuitas. Además de la iglesia con su fachada decorada con relieves y su púlpito, son famosos los "viejitos" que danzan en las fiestas patronales, con espectaculares máscaras de madera. La casa de Dios de San Miguel (1721) por su parte, muestra en su portada las imágenes pintadas de San Pedro y San Pablo; en el interior, el altar central con columnas salomónicas, y en un lateral, la estatua del arcángel San Miguel. San Ignacio de Velasco (1748) es la séptima Misión, actualmente la de mayor población; la única iglesia que no es Patrimonio por haber sido destruida por un incendio en 1808, aunque se salvaron altares y confesionarios.
Famosa por sus talleres artesanales, allí se siguen fabricando objetos en madera con las mismas técnicas de los inicios. En su plaza destacan árboles centenarios, y en los alrededores, el espectacular Parque Noel Kempf, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. Santa Ana (1755) en tanto, es el penúltimo templo católico fundado antes de la expulsión de los jesuitas y la más nativa en sus expresiones de arte. Es la capilla más rural y quizá la más entrañable. Por la noche, cuando se ilumina la fachada, parece que se retrocede hasta su apogeo. Finalmente, San José de Chiquitos. El único conjunto misional construido en piedra. Formado por la iglesia, una capilla mortuoria, campanario y las bóvedas. A 5 kilómetros se sitúa el primer enclave de la ciudad de Santa Cruz.
Datos de interés
Cómo ir. Vuelos desde Buenos Aires a Santa Cruz de la Sierra: U$S 240.
Moneda. Peso boliviano.
Cómo desplazarse. Alquilar un automóvil o en ómnibus. La Chiquitanía está a 200 kilómetros de Santa Cruz.
Alojamiento. Hotel La Misión (San Ignacio), con columnas talladas en su fachada. www.hotel-lamision.com. En la mayoría de los pueblos se encuentran sencillas posadas cerca de la plaza principal. Están limpias, las habitaciones son frescas y los precios, muy aceptables: El reposo del Guerrero (San Javier); El Viajero (Concepción) son buenos ejemplos.
Gastronomía. Majao (carne seca); locro; plato cruceño (plátano frito, arroz y huevos fritos).
Qué comprar. Artesanía de la región, trabajos en madera, máscaras e instrumentos musicales.
Qué leer. "Las misiones jesuiticas de Moxos y Chiquitos. Una utopía cristiana en el Oriente boliviano", de Mariano Baptista Gumucio.
Más para visitar. Mirador natural Piedra del Bibosi y Parador Las Piedras, un lugar con inmensas formaciones de roca granítica, ambos en San Javier.