Cuando Shinzo Abe, un conservador acérrimo, llegó a la jefatura del Gobierno japonés en diciembre de 2012, nadie en el país esperaba que las relaciones con China fuesen a mejorar drásticamente.
Pero la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump en 2016 cambió todo eso.
A raíz de la cada vez más enconada guerra comercial con Estados Unidos, el presidente de China, Xi Jinping, se ha acercado a Abe, a quien los críticos acusan precisamente de haber ganado popularidad alentado los sentimientos antichinos y anticoreanos entre los votantes japoneses.
En Pekín se celebran esta semana conversaciones bilaterales con motivo del 40 aniversario del tratado de paz y amistad entre ambos países. Se trata de la primera cumbre bilateral en siete años entre un líder chino y uno japonés.
"El presidente Xi está decidido a mejorar y profundizar las relaciones con Japón", asegura el politólogo Minoru Morita, que reside en Tokio.
Japón, sin embargo, se encuentra bajo presión de Trump para que importe más productos agrícolas y automotrices, en un esfuerzo por cortar el crónico déficit comercial estadounidense.
Pero los analistas consideran que eso tal vez empuje a Abe, a quien le critican desde hace tiempo por moverse al ritmo de Washington, a acercarse a China, con la intención de dar a entender a Trump que a él no se le acosa.
Asimismo se espera que Tokio transmita ese mensaje en las conversaciones comerciales que Estados Unidos y Japón mantendrán en enero.
Abe dijo recientemente que desea que las relaciones con China entren en "una nueva fase".Y cuando el Ministerio chino de Asuntos Exteriores anunció a principios de mes la vista de Abe, el portavoz Lu Kang dijo que si los dos países "profundizan la cooperación económica y comercial, no sólo contemplan los intereses propios, sino también benefician el desarrollo de la economía y comercio global".
La cumbre bilateral se produce cuando las relaciones entre ambas naciones mejoran a pesar de la disputa territorial.
En setiembre de 2012 Tokio adquirió unos islotes inhabitados en el mar de China Oriental que Pekín reclama. La medida provocó una oleada de protestas antijaponesas en decenas de ciudades chinas, así como un boicot a productos japoneses.
Las relaciones empeoraron en 2013, cuando Abe visitó el controvertido santuario Yasukuni en el que se honra a los 2,46 millones de muertos en la Segunda Guerra Mundial, entre ellos criminales de guerra y que China considera como una glorificación de la agresión bélica.
Turismo y algo más
Pese a las fricciones, el turismo chino no ha dejado de crecer en Japón, lo que ha supuesto un significativo aporte a la tercera economía del mundo, especialmente en regiones despobladas o que sufren el envejecimiento de la población.
Japón recibió el año pasado más de siete millones de turistas de China, lo que lo convierte en su principal mercado, ya que en total recibe 25 millones de visitantes de todo el mundo, según señala la Organización Nacional de Turismo de Japón.
Por su parte, los gobiernos regionales en China han realizado más esfuerzos para atraer inversiones de empresas japonesas aumentando los encuentros específicos centrados en esta materia, apunta la Organización de Comercio Exterior de Japón.
A su vez, en un foro sobre la alianza japonesa-estadounidense realizado este mes por el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS) se insta a Japón a aumentar el gasto militar debido a la creciente amenaza de China y Corea del Norte.
"Mientras Estados Unidos y Japón debaten sobre los aranceles del siglo XX, crecen las amenazas del siglo XXI a la seguridad y la prosperidad regional, sobre todo de China y Corea del Norte", se dijo en el debate, que estuvo copresidido por ex vicesecretario de Estado norteamericano Richard Armitage y el profesor emérito de la universidad de Harvard Joseph Nye.
Sin embargo el politólogo Morita asegura que se trata de un argumento "obsoleto" a la luz de cómo están mejorando las relaciones sino-japonesas, así como la suspensión de las pruebas nucleares en Corea del Norte.
Morita, al igual que otros politólogos japoneses, aseguran que Washington ha fomentado las distancias entre ambos gigantes asiáticos.
Con respecto a China, afirma, "Japón ha mantenido un doble rasero". Y argumenta que algunos legisladores cercanos a Abe y al Ministerio de Defensa han mantenido una postura anti China, mientras que el secretario general del Partido Democrático Liberal de Abe, Toshihiro Nikai, ha cultivado la amistad con Xi.
"Nikai argumenta que Japón no tiene futuro si no refuerza sus relaciones con China, Corea del Sur y las naciones del ASEAN (la Asociación de Naciones del Sureste de Asia)", agrega Morita.
EEUU: siguen los paquetes bomba
La policía interceptó paquetes sospechosos dirigidos al actor Robert De Niro y al ex vicepresidente Joe Biden, y fuentes policiales dijeron que eran explosivos rudimentarios, parecidos a los enviados al ex presidente Barack Obama, a Hillary Clinton y a CNN el miércoles.
Exámenes de rayos X determinaron que el paquete en Manhattan dirigido a De Niro contenía un dispositivo parecido a los enviados a otros dirigentes demócratas o entidades que se oponen a la presidencia de Trump.
Una fuente oficial dijo que dos paquetes similares dirigidos a Biden fueron interceptados en New Castle y en Wilmington.