Para los riojanos, así como tienen su propia aceituna de mesa, “Arauco”, el más frutado de entre los vinos blancos, el Torrontés, es su identificación.
Lo consideran una invitación a despertar los sentidos pero eso sí, que sea en el mismo suelo donde nace. Es que para los hacedores es justamente en el terruño donde se inicia la historia de un buen vino y recorrer una finca junto al enólogo es parte del encanto que tiene un viaje al corazón de la cepa que tan buen resultado da en esta zona.
Incluso un debate abren los de allí que aseguran que del abanico de varietales, son ellos los dueños de la historia del Torrontés, por cuanto sostienen que fue justamente en estas tierras donde prendió un taco europeo directamente y dio luego la mejor expresión de esta uva desde la llegada de los españoles hasta hoy.
Más allá del “derecho de autor” que le reclaman a Salta, emprender un recorrido por las sendas vitivinícolas riojanas deparará excelentes sorpresas. Paisajes que dejan el terroso para adoptar diversas tonalidades de verde bajo el diáfano cielo norteño y como antesala de las montañas. Y allí los productores entre los que se encuentran bodegas familiares y centenarias y otras muy modernas y tecnológicas.
Entre tanto se encuentran rincones soñados para alojarse en fincas donde la arquitectura está en sintonía con el entorno, verdaderos vergeles entre tanto desierto que se atraviesa hasta llegar a la zona de vides.
También pueden emprenderse travesías diarias para adueñarse del paraje, por ejemplo en el Valle de Chañarmuyo una caminata auto guiada hacia la cima del cerro permite acceder a una de las vistas privilegiadas de la geografía que muestra encajonada entre cumbres, la franja verde de viñedos que se extienden más allá de donde alcanza la vista.Cabalgatas y paseos en cuatro por cuatro, permiten conocer los secretos de los antiguos pobladores, sitios arqueológicos y hasta una navegación en las aguas del dique devuelve una imagen desconocida en medio de un oasis construido por el hombre.
Muy cerquita está Chilecito, apodado “La Perla del Oeste”, es la ciudad más grande del interior riojano con su historia ligada a la explotación del oro, postula hoy ante la Unesco para ser nominada como Patrimonio Histórico Cultural al histórico Cable Carril. Se trata de una obra de ingeniería única en el mundo enmarcada por los cordones cordones montañosos del Famatina y del Velazco. Una excursión imperdible.
Su historia productiva y la experiencia en los hacedores del vino la cantan los números: tienen el 75 por ciento de la producción vitivinícola, el resto se distribuye entre las bodegas de la Costa Riojana (en Castro Barros); Villa Unión y Famatina. Aquí 35 bodegas que incorporaron tecnología de última generación y conviven con las pequeñas artesanales contribuyendo a ser el tercer productor nacional, luego de Mendoza y San Juan.
Por la ruta
La cepa tiene su origen en España pero fue en este suelo donde adquirió notas sublimes, dicen los expertos. El tiempo, la tierra y el clima le imprimió un carácter propio, identitario, resaltando sus notas frutadas, frescas y su color dorado tan similar al sol de la provincia. Y es justo esta característica la que la impulsó como competidora en el mercado mundial con su llegada a más de 25 países.
Para apreciarlo, hay que llegar a Vichigasta, en las afueras de Chilecito, donde Collovati es un excelente exponente. Fue el logro de Javier Collovatti el enólogo gerente de la Bodega La Puerta -que produce tres millones de litros anuales y exporta gran cantidad al exterior- . El elixir desarrollado en pleno valle de La Puerta se elabora en la finca privada que puede visitarse.
Para los viajeros y amantes de la buena mesa que sueñan con tener también su propio vino, Haras San José les da la posibilidad. Situada en Villa Unión, la antigua casona fue totalmente remodelada conservando el estilo de antaño, a ella se anexaron cabañas y una piscina desde donde se admiran los viñedos.
El detalle es que uno puede elegir su hilera de vides y luego cosecharlas para elaborar su propio vino que se mantendrá en guarda en roble. Lo interesante es que en un tour de vino completo, en cualquier época del año, durante la cosecha, el raleo o la poda el “nuevo hacedor” compra su “paquete” y comparte las tareas y la elaboración. Y a meses queda cumplido el sueño del Bon Vivan: agasajar a su amigos con el vino propio.
Cierto es que el Torrontés significa mucho más que la cepa emblemática de los riojanos. Es orgullo, trabajo e historia. Y por todas estas razones es que entre el 21 y 23 de noviembre se realiza la VI Fiesta Nacional del Torrontés Riojano en Chilecito. La cita obligada para los expertos de la actividad, como en las últimas ediciones que además propone degustaciones, catas y espectáculos musicales.
Artesanos del vino
Fuera de las bodegas de alta gama riojanas, se llega a un recorrido imperdible por los productores artesanales agrupados en ACOVE (Asociación Cordón del Velasco). Cada establecimiento tiene su encanto y los propios dueños conducen por la visita en la que se aprende sobre el oficio. Desde la historia de la finca, con las familias pioneras, el manejo de las plantas y luego las uvas, hasta la vinificación.
“Casa India” en el Pueblo de Agua Blanca; Finca Lomas Blancas, donde el bisnieto del fundador regresó al pueblo para impulsar con los nuevos conocimientos estos vinos que hicieron historia medio siglo atrás, alguna de las propuestas. También Los Navarros y Parrales de la Costa pueden conocerse y degustar sus caldos.
Datos útiles
Como llegar a Chilecito
Desde la ciudad de La Rioja: hay dos opciones para llegar a Chilecito: La primera es transitando la Ruta Nacional Nº 38, hasta Patquía, y luego por Ruta Nacional Nº 74, hasta arribar a Chilecito. Otra opción la Ruta Nacional Nº 75, pasando por Sanagasta, Aminga, Anillaco y Aimogasta, y continuando por la Ruta Nacional Nº 60, hasta la localidad de Los Sauces, para luego empalmar con la Ruta Nacional Nº 40 que lo llevará hasta la cuidad de Chilecito.
Desde la ciudad de Villa Unión: transitando la ruta nacional Nº 40, Ud. atravesará la pintoresca Cuesta de Miranda (15 km.) en un recorrido que posee tramos de ripio y pavimento, y que lo llevará hasta los distritos de Sañogasta y Nonogasta, para llegar finalmente a la ciudad de Chilecito.Rutas Nacionales: Nº 40 (norte y sur), Nº 74./Rutas Provinciales: Nº 12, Nº 13, Nº 14, Nº 15, Nº 76.
Dónde dormir
Chilecito ofrece una gran variedad de oferta en alojamiento, se puede encontrar hoteles céntricos de gran servicio y confort con tarifas que van desde los $ 400 a $ 600 base doble. También existe la posibilidad de alojarse en los alrededores de la ciudad en cabañas donde se puede estar en contacto con la naturaleza, disfrutar de caminatas y de la tranquilidad, el precio estimativo es de $ 400 a $ 700. Para más información www.emutur.com.ar
Entradas al Festival nacional del Torrontés
Abono: $ 200 (viernes , sábado y domingo) / Entrada individual : $ 80.
